La abismal diferencia de reservas de agua entre la cuenca del Tajo y el Segura, con los dos embalses que abastecen los trasvases en niveles que cuadruplican los del sureste peninsular, se mantiene y aumenta, pero desde la Comité de Castilla-La Mancha que preside Emiliano García-Page han vuelto a presionar al Gobierno para que cerradura el llave: «Agua no sobra».
Tanto el pantano de Fuensanta -al 6,6% de su capacidad- y sin variación en la última semana- como el del Cenajo (10,9% y un hectómetro menos) continúan en la situación más dramática de toda España «en nivel de fondo muertos», con la demarcación del Segura al 15,7% conjuntamente. Enfrente, en el Tajo se encuentran al 55,2% y, en concreto, uno de los dos embalses que suministran al conducto de los trasvases (Entrepeñas), incluso mejor, al 60,5% de su mayor posible (sin variación en los últimos siete días), y el otro (Buendía), al 30,3% y con dos hectómetros cúbicos de incremento en ese periodo. Uno y otro duplican su media de la término y superan la barrera de los 1.000 hm3, cuando el principio minúsculo para transferencias hídricas está en 400.
A pesar de esta ingenuidad diametralmente opuesta a tenor de las estadísticas actualizadas al pasado lunes, 7 de octubre, en los datos oficiales del Profesión, la consejera de Crecimiento Sostenible de Castilla-La Mancha, Mercedes Gómez, ha vuelto incidir este miércoles en el mensaje audaz con reiteración por su presidente García-Page: «Todos los ciudadanos que vivimos en los alrededores de la cuenca del Tajo tenemos el mismo derecho y la misma demanda de poder usar en primera instancia este memorial escaso y, si sobra, que no es el caso, que vaya donde tenga que ir».
Y ha insistido igualmente en que el Gobierno tiene irresoluto cambiar las reglas de explotación para los trasvases, otra de las esperanzas de los dirigentes castellanomanchegos para cerrar el llave.
SOS del campo
Más allá de estas diferencias entre los datos y las valoraciones políticas, la flagrante coyuntura de error de lluvias y restricciones al riego repercuten en los cultivos de la Comunidad Valenciana, donde La Unió Llauradora i Ramadera ha solicitado a la Conselleria de Agricultura que amplíe las medidas urgentes puestas en marcha mediante el paquete de ayudas de 17 millones de euros, para «priorizar su aplicación en los profesionales del sector campestre que dependen de esta actividad para su subsistencia y que no han sido contemplados como beneficiarios» en esta medida de aprieto del Ejecutor autonómico de Carlos Mazón.
Estas ayudas, que respondieron inicialmente a las consecuencias del conflicto guerrero en Ucrania y la situación de sequía prolongada, deben ahora ser ajustadas para incluir sectores que quedaron excluidos en un primer momento y que se han conocido gravemente afectados por la flagrante situación de emergencia, argumentan.
En concreto, La Unió pide que se incluyan en las ayudas a los cultivos de viñedo y frutos secos en sequío en la comarca de Utiel-Requena. Aunque estos cultivos están clasificados como «de regadío» por disponer de una dotación mínima de agua, en la habilidad funcionan como cultivos de sequío correcto a las limitadas cantidades de agua disponibles, que solo permiten riegos de apoyo y no para incrementar o amparar la producción.
Adicionalmente, se solicita que se incorpore al sector apícola, que ha sufrido el impacto directo de la sequía correcto a la error de floraciones durante la primavera y el verano. Esto ha disparado los costes de viandas de las abejas, lo que afecta seriamente la viabilidad económica de las explotaciones. Muchos afectados «han mantenido colmenas en la Comunitat Valenciana, contribuyendo a la biodiversidad y la polinización de los cultivos», a pesar de estas dificultades.
Asimismo, han solicitado al Profesión de Agricultura que complemente las ayudas autonómicas de la Generalitat, ya que las medidas actuales «resultan insuficientes para mitigar los posesiones devastadores de la sequía y del conflicto en Ucrania». Sectores como el de los cultivos de sequío y la vacada extensiva llevan más de tres abriles registrando caídas significativas en la producción, lo que compromete su sostenibilidad.
La explicación de sequía extraordinaria por parte de las Confederaciones Hidrográficas del Segura y del Júcar «refleja la empeoramiento de la situación flagrante, y el impacto que puede tener en la viabilidad económica de muchas explotaciones agrarias de la Comunitat Valenciana, en particular en las zonas en aventura de despoblación». Adicionalmente, a su madurez «la error de medidas contundentes podría desincentivar la incorporación de jóvenes al sector campestre, necesaria en las zonas de interior, con aventura de despoblación».