Vientos superiores a los 200 kilómetros por hora y más de 100 litros por patrón cuadrado de chubasco en casi nada 12 horas ha sido un cóctel explosivo y mortal para muchos productos agrícolas que estaban a punto de ser cosechados. En muchas zonas del ártico peninsular echan cuentas de los daños producidos por el paso de la riesgo en el campo. Aún es pronto para hacer el cálculo exacto pero ya se sabe que las pérdidas serán millonarias.
Nos situamos al ártico de la provincia de Burgos, rozando el meta con Cantabria. Hasta hace unos días se podían ver grandes campos de girasoles, con el tallo ya muy parada y con una amplia habitante que estaban a punto de ser recolectados. Pero ayer de hacerlo una potente riesgo citación Kirk ha tumbado todas las matas que ahora aparecen caídas sobre el suelo, lo que va a hacer muy difícil -por no asegurar imposible- su convento. Las pérdidas, anticipan los agricultores, serán cuantiosas.
Pero no es el único cultivo afectado en esa misma zona por el mal tiempo. Siquiera corren buenos tiempos para la papa. En los valles de El Tozo y Valdelucio hay sembradas unas 300 hectáreas de este tubérculo que, con las lluvias de estos días más las que no han dejado de caer en el zaguero mes, pueden darse por perdidas. Se estiman unas precipitaciones acumuladas de unos 300 litros por patrón cuadrado en todo este tiempo. Los campos de patatas están hoy anegados y la tierra no es capaz de absorber más agua. Todo apunta a que la producción que no había podido ser recogida se quedará ahí enterrada sin ser aprovechada. Las pérdidas para los agricultores de la zona pueden alcanzar los 2 millones y medio de euros.
Si seguimos alucinación alrededor de el noroeste, entrando en tierras gallegas, escuchamos los lamentos de los productores de maíz. La potente riesgo ha tumbado las plantaciones, un desastre agrícola que tendrá serias consecuencias para la vacada. Sin este maíz muchas granjas de vacas se van a terminar sin alimento para sus animales en los próximos meses.
Según la ordenamiento Unións Agrarias hay más de 20.000 hectáreas de maíz afectadas, en las que se había podido coger en los días previos casi nada la centro de la producción. La otra centro la consideran ya irrecuperable.
En total, la asociación agraria gallega estima que las pérdidas superarán los 65 millones de euros, teniendo en cuenta que todavía se ha trillado afectada la producción de castaña por los fuertes vientos que ha padecido la comunidad estos días y que ha derribado ejemplares centenarios, roto grandes ramas y tirado al suelo muchos de los frutos que aún no habían viejo de cavilar.
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