Rafa Nadal, la carrera de una leyenda del tenis mundial


El tenista castellano Rafa Nadal pondrá fin a su carrera esta temporada tras más de 20 abriles ganando títulos en las pistas de todo el mundo con el sello de un deportista y una persona ejemplar, que traspasó fronteras por su zarpa y su mentalidad ganadora.

El mejor deportista castellano de la historia y uno de los mejores de todos los tiempos, a nivel internacional: así se le define a Nadal, en una de las pocas cosas en las que toda una sociedad podría estar de acuerdo. El de Manacor se labró el cariño y la pasmo de millones de personas con gestas inigualables sin alzar la voz.

Nacido el 3 de junio de 1986 en Manacor (Mallorca), el `rey de la tierra` termina su camino de cartel tras 92 títulos (59 en la superficie del polvo de baldosón), entre ellos 22 de `Grand Slam`. Nadal ganó todavía dos oros en los Juegos Olímpicos (tanto en individual como en dobles) y tiene cinco trofeos de la Copa Davis, el Mundial de tenis que será su despedida.

Aún le quedará la Final 8 de Málaga, del 19 al 24 de noviembre, como postrer servicio a la pueblo, pero el adiós de Nadal estaba cada día más cerca. Las lesiones y los abriles pudieron con el 14 veces campeón de Roland Garros, a pesar de que a lo abundante de su carrera fue capaz de resistir contra la adversidad para seguir compitiendo.

Con todo, en 2023 el cuerpo le dijo `puntada` y el balear tuvo que detener. Otras veces tuvo que hacerlo antaño y no perdió el tiempo trabajando para retornar a aventajar, para lo que saltaba siempre a la pista, pero los 38 abriles y las secuelas de mil batallas no perdonaron. Él mismo pronosticó el 2024 como el posible final y así tuvo que ser, con más problemas y remotamente del nivel deseado.

La despedida soñada quizá se la regale la Copa Davis, ya que no la tuvo en los siete torneos que disputó este año. Ni en Roland Garros, donde cayó en primera ronda, ni en los Juegos Olímpicos de Paris 2024, donde dejó más imágenes para el remembranza portando la hacha olímpica por el Sena o jugando dobles con Carlos Alcaraz. El licenciamiento simbólico que poco luego fue sinceridad.

La irrupción del murciano pareció cosa divina, puntual cuando el de Manacor soltaba sus últimos raquetazos. El tenis castellano parece en buenas manos porque viendo a Alcaraz muchos recordaron los inicios de un Nadal que creció a marchas forzadas, con una inicio privilegiada y un espíritu trabajador inculcado desde los cuatro abriles por su tío Toni, su monitor hasta 2017.

LA GLORIA DE PARÍS, 14 ROLAND GARROS

Rafa Nadal cayó de pie en el circuito de la ATP y en 2005 ganó 11 títulos, entre ellos su primer Roland Garros. Un tenista que parecía sólo músculos y potencia, pero que no tardó en demostrar su calidad en pista dura y en hierba, como pesadilla del entonces mejor ludópata del mundo, Roger Federer. Con el suizo le terminó uniendo una relación de amistad, forjada en batallas legendarias.

El de Manacor alcanzó por primer vez el número uno del mundo en 2008, luego de aventajar Wimbledon, y llegó a estar en la cima del ranking ATP en 209 semanas. Nadal cimentó su cartel en la tierra búsqueda donde se ganó el apodo de `rey`, y en exclusivo en la Philippe Chatrier de París, donde ganó sus 14 Copas de los Mosqueteros.

La última y su postrer `noble` fue en 2022, cuando tuvo que arriesgar con el pie dormido por su crónica laceración, la enfermedad de Müller-Weiss. `Sí hay dolor`, pero no importaba, el de Manacor fue un ejemplo de superación constante, sin una mala palabra, ni una pala rota contra el suelo, sólo aceptar las cartas, trabajar y darlo todo, disputar cada pelota como si fuera la última.

Humildad, deportividad, carácter, esfuerzo, sacrificio, inicio, los títulos del deportista y la persona perfectas acompañaron a Nadal en las buenas y en las malas. El adiós del tenista, aunque esperado, deja un malogrado sin parangón en el inclinado castellano. El deportista que más alegrías ha donado al país, muchas de ellas en Francia para más inri, aunque correctamente se portaron los galos en Paris 2024 para demostrar que Nadal rompió fronteras.

Un luchador que ganó 10 veces el Masters 1.000 de Roma, 11 veces el de Montecarlo y 12 veces el torneo de Barcelona, el balear volvió esta temporada como número 600 del mundo dispuesto a intentarlo una vez más. Con la misma rutina de cuando tenía 18 abriles y ganó su primer título en Sopot, profesional en cada movimiento.

No por conocido mil veces dejaba de clamar la atención cómo el castellano colocaba sus botellas de agua con precisión en el suelo, cómo se secaba el sudor con los mismos gestos o cómo se estiraba el calzoncillo todavía antaño de sacar. Parecía una máquina y muchos aún dudan de que no lo fuera positivamente, con un anhelo insaciable de ser mejor y aventajar cada semana a pesar de todos esos problemas.

LAS LESIONES SIEMPRE A CUESTAS

En más de una rueda de prensa, Nadal tuvo que espantar los fantasmas de la retirada, y no en esta última campaña, sino desde su inicio, cuando en 2005, luego de una épica vencimiento en Madrid, conoció al tal Müller-Weiss. Una laceración con la que tuvo que guerrear desde entonces y que pasó quizá más desapercibida, hasta ese Roland Garros de 2022, que sus problemas con las rodillas.

Las tendinitis (2009), el tendón rotuliano izquierdo (2012), la rodilla derecha (2010), de todo volvió más esforzado, como cuando en 2013 ganó 11 títulos o tras la parte de 2021 en blanco por el pie izquierdo, que ganó al año sucesivo en Australia y en París. Como un tiro hasta un problema ventral o el psoas ilíaco, fue una carrera contra sí mismo, competidor hasta el extremo.

No fue un camino de rosas, una vida de sacrificio, y en 2015 reconoció la laceración mental, la ansiedad por todos esos percances físicos, siete meses dudando de cómo arriesgar, miedo de cómo desempeñarse en la pista y fuera de ella para retornar a disfrutar del tenis. Cada paso antes fue para coger impulso, en su épico mano a mano con Federer y, luego, con Novak Djokovic, el perpetuo `Big Three`.

Desde este enero, se le resistió la épica final a un Nadal que en 2022 fue padre por primera vez y que sin duda seguirá combinado al tenis, como gran embajador y con la Rafa Nadal Academy by Movistar que abrió en mayo de 2016. Se retira el deportista, pero Nadal trascendió de la pista a lo social, a lo sabido, comprometido todavía a través de su Fundación Rafa Nadal desde 2008.

Durante la pandemia de coronavirus, contiguo a su amigo Pau Gasol, lanzó la campaña #NuestraMejorVictoria con la que recaudaron 14 millones de euros para ayudar a los afectados y su escuela de tenis, donde prima la educación, ha llegado ya a México, Grecia, Kuwait, Hong Kong y Egipto. No hizo falta por caer correctamente, ni por seguir la corriente, como su `fichaje` por Arabia Saudí para embellecer el `cambio`, sino porque hay que ser bueno adicionalmente de parecerlo.
 

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