No sé nada de mi marido desde hace horas


“Ahora están tratando de arreglar el turbina” dice Natasha a oscuras. Ha contactado con Más Espejo desde el refugio al que ha sido evacuada con su hijo de 3 primaveras. Lleva horas sin aprender nulo de su marido, “Le mandé un mensaje a las nueve de la sombra y no me ha mandado nulo de dorso” dice preocupada pero con la esperanza de que esté correctamente y solo sea un problema de cobertura.

Primera experiencia en un refugio

“Estaban en zona A para defecar y no querían”

Esta mujer cuenta que ella es de Tampa, Florida, siempre ha vivido allí y nunca había ido a un refugio hasta ahora. Cuenta asustada que cuando todo empezó, había mucho ruido y no había luz. “Me asusté tanto porque estaban mandando mensajes de emergencia: ‘hay que salir ahora, búsqueda refugio'”. Y dice preocupada que sus abuelos siguen allí, “ellos estaban en zona A, para defecar y ellos no querían” y aunque fueron a casa de su tío, está en la misma zona. Pero los abuelos de Natasha no son los únicos. Son muchos los que no han sido evacuados porque no es tan sencillo. “16 horas para entrar”, concluye.

Tornados y cuantiosos daños

Sandra es otra española que se encuentra en Estados Unidos, concretamente en Sarasota, una zona al ideal de Miami que no se ha trillado tan afectada. “Estamos nerviosos por ver cuáles han sido los daños” confiesa desde su casa. Están esperando a que se haga de día para ver cómo pueden ayudar. “Siento que ahora podemos respirar un poquito más tranquilos porque al menos ya ha pasado lo peor” dice aliviada.

Han pasado muchos excitación, sobre todo porque a la tempestad que acompaña el huracán se le ha sumado la aparición de varios tornados, para los que no estaban tan preparados. Para su suerte el huracán no ha sido tan musculoso como en otras zonas. Lo peor, “la tormenta, los vientos huracanados, rezando porque no se empezasen a caer árboles encima de los coches”.

Fernando, parapléjico

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