El consistorio confirma que el expediente de cierre debería haberse ejecutado aunque, paralelamente, el Teatre hubiera iniciado otros procedimientos administrativos
Un lío administrativo que nadie revisó, que no tuvo seguimiento y que ha acabado con 13 muertos. las discotecas Teatro y el Fonda Milagros que ardió la madrugada del pasado domingo permaneció abierta a pesar de la orden de precinto emitida por el Ayuntamiento de Murcia hace casi un año por el enredo en el Servicio Técnico de Obras y Actividades, concretamente en el Inspección Técnica de Actividades. El funcionario encargado de ejecutar la orden de cese emitida por el teniente de alcalde de Urbanismo, el socialista Andrés Guerrero, se puso en contacto con la empresa y elaboró un informe en el que afirmó que le informaron que estaban en el “proceso de legalización”. .
Ese documento, adelantado por La verdad y confirmado por EL MUNDO, forma parte del expediente administrativo remitido al juzgado, sin que quede constancia alguna de lo ocurrido después de que el inspector planteara sus conclusiones. Lo cierto es que la orden de cierre no se ejecutó. Según informaron el actual responsable de Urbanismo, Antonio Navarro, y su antecesor, sobre la discoteca Teatre, la única que tenía licencia para funcionar desde 2008, existía una orden de cese firmada por Andrés Guerrero como teniente de alcalde.
en un “comunicación interna” de fecha 11 de octubre de 2022informa a la Inspección de Actividades que el día 10 de enero de 2022 “se ordenó al comercial Teatre Murcia SL el cese de la actividad de la discoteca con cocina” y recuerda que “Deben visitar la Inspección” pues, “en el caso de que no se haya ejecutado voluntariamente, proceder a la ejecución forzosa mediante sello del establecimiento”.
Diez días después, el 21 de octubre, el funcionario respondió a la comunicación interna informando que “una vez contactó al dueñodeclarar y justificar la presentación de la documentación técnica que faltaba para la tramitación de la legalización”, recogiendo los datos del fichero que la empresa presentó en la sede electrónica el 19 de octubre de 2022, “informando de ello a sus oportunos efectos ” .
Fuentes municipales no pueden corroborar si el contacto del inspector con la empresa fue presencial o telefónico, pero sí saben que los trámites nunca debieron haberse mezclado. Es decir, Teatre y Fonda Milagros tuvieron que ser precintados para cumplir con la orden al margen de que la compañía había abierto una nueva vía administrativa un año antes para intentar conseguir los permisos. “Son dos procesos independientes y el inicio del segundo no paraliza la ejecución del cierre”.
Es en el marco de este proceso de legalización que se llevó a cabo la inspección de Sanidad en febrero pasado. Aunque el actual Concejal de Urbanismo, popular Antonio Navarro, e incluso el propio alcalde, José Ballesta, señalaron a la empresa como responsable de lo sucedido por no cumplir con el cierre, el Ayuntamiento tampoco supervisó que se llevara a cabo, por lo que los abogados del Teatre consideran que podrían haber incurrido en “responsabilidad patrimonial por inacción” al insistir en que sus clientes tenían licencia de actividad y el ayuntamiento era consciente de que estaban abiertos.