Caravanas, camionetas camperizadas y hasta un autobús recaudador como vivienda. Este tipo de vehículos prolifera en el sur de Tenerife, en municipios como Arico, Arona o Granadilla de Abona frente a la error de vivienda asequible en la isla. Una alternativa al problema de habitabilidad por los altos precios de los alquileres, sobre todo en zonas turísticas. La opción de adquisición incluso se ha convertido en prohibitiva: los precios son muy elevados y afrontar una hipoteca es inútil para muchos ciudadanos.
Evelyn es una adolescente que trabaja en una cafetería en el boreal de Tenerife, hoy está pasando unos días de alivio en una furgoneta camperizada. Nos cuenta que le gusta este modo de vida, aunque no es del todo cómodo, “te puedes adaptar perfectamente a residir aquí”. “Es una opción válida. Congruo más económica, no pagas arrendamiento, ni intereses”, nos cuenta Evelyn. Adicionalmente, lo tiene claro: “Si ahora mismo tuviese que despabilarse un arrendamiento o comprar una vivienda, no podría”. La adolescente asegura que optaría por una caravana, parecida a la que ahora tiene en arrendamiento por unos días, pero más preparada y completa.
“Sería suficiente para mi tribu, mi pareja y mi perro”, dice Evelyn que se encuentra en la costa de El Duna, una zona turística en donde los últimos abriles ha aumentado la presencia de este tipo de vehículos.
Reglamento para controlar la situación
En muchas zonas se ha convertido en un problema, por eso el Cabildo de Tenerife trabajar en normativas para controlar esta situación. El primer consistorio de la isla en pedir ayuda al Cabildo para regular el problema ha sido el de Arico. Desde aquí se ha pedido habilitar zonas destinadas a este tipo actividad de ocio que tanto ha crecido en muchas zonas de España.
Otro de los lugares donde se ha localizado gran número de caravanas es en Costa del Silencio, en el municipio de Arona. Lugares de costa repletas de furgonetas camperizadas e, incluso, hemos pasado un enorme autobús convertido en vivienda. Con las ventanas cubiertas con mantas y por fuera, en el solar, dos coches (posiblemente de los propietarios del bus-vivienda), una bici y enseres varios. Muy cerca está Evely con su furgoneta, su pareja y su perro. Asegura que comprar un transporte de estas características puede costar poco más de 40.000 euros, mucho más saldo que un mini suelo. Adicionalmente, insiste, “te da la permiso de moverte. Un día estás en un sitio y otro día, amaneces en otro oportunidad”.
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