Investigan si el asesino del taxista de Alcalá lo acuchilló porque no llevaba dinero para pagar la carrera


La vida de Isidro de las Heras Blasco, el taxista de 62 primaveras asesinado en Alcalá de Henares, proporcionadamente pudo significar un puñado de euros. La Policía Nacional investiga, tras la detención del último de 16 primaveras que ha confesado el crimen, si el móvil fue el impago de la carrera que acababa de realizar el conductor con él, de entre 30-40 euros, por la ciudad complutense.

Como avanzó este diario, el delirio comenzó en la Volkswagen Caddy, un eurotaxi (coches especializados en el transporte de personas con problemas de movilidad) sobre las seis de la tarde del pasado lunes en la parada de taxis de la avenida de los Reyes Católicos, 43. Acudieron primero a una zona de Espartales Sur, El Camino del Sueño, donde el homicida le pidió que esperara un rato porque había quedado «con un señor». Pero esta tercera persona no acudió a la cita y se sospecha que el arrestado pretendía que le diera una cantidad de capital.

Luego de ese enfrentamiento fallido, en el que Isidro incluso habría parado el taxímetro para no cobrarle más, el adolescente le dijo que le llevara al hospital Príncipe de Asturias de Alcalá, donde, al detener en el aparcamiento de Urgencias, Isidro le dijo el coste del servicio. Así queda recogido en las imágenes de la cámara interior del taxi, que grabó toda la secuencia.

En ese momento, desde el asiento de detrás, el último talego una cortaplumas del refugio indeterminado que llevaba puesto y le asesta cinco cuchilladas al trabajador, en el pecho y, sobre todo, el panza. Isidro intentó defenderse, de ahí sus heridas en la mano. Le reventó el hígado y falleció en la UCI del mismo hospital a la mañana sucesivo.

El nocivo logró huir y, según fuentes policiales, no parece que robara capital del taxi; todo apunta a que, al hallarse sin capital para abonar la carrera y en una zona tan transitada como la entrada a un hospital, no tuvo otra ocurrencia que matar a Isidro de forma tan salvaje. Ayer, quiso despistar al taxista haciendo indicio de inaugurar su billetera, con la víctima girado con destino a antes. No se produjo ni siquiera una pelea entre los dos, no dio tiempo.

Mientras que el sospechoso huía de la número del crimen, Isidro salió como pudo del taxi, pidiendo auxilio. Unos médicos que estaban en la puerta le asistieron y fue ingresado en la UCI, donde falleció a la mañana sucesivo. El último se encondió en casa de su grupo, hasta su pronta detención por parte del Género VI de Homicidios de la Batallones de Policía Legal de Madrid.

Ahora, será sometido, entre otras pruebas, a una valoración psicológica. Uno de los extremos que se investiga es si, como parece, tiene problemas con las drogas. Lo que está claro es que no pertenece a ninguna pandilla jovial, insisten fuentes policiales. Pero además que es un individuo problemático y con circunstancias por otros hechos violentos, aunque lógicamente no de este calibre.

La Policía recibió esa oscuridad una indicación desde el teléfono móvil de la hermana del encartado para delatarlo. Pero los investigadores ya lo tenían más que identificado y se dispuso un activo harto atestado para darle caza. Es de país española, como toda su grupo.

Tras ser arrestado el miércoles por la oscuridad en casa de su grupo, en el edificio La Corrala, de Espartales, reconoció ser el autor del crimen, aunque llegado a instalaciones policiales no quiso determinar más. Se enfrenta, como mucho, a ocho primaveras de internamiento en un centro de menores, máxima medida punitiva por homicidio para una persona de 16 primaveras.

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