El doctor Francisco Kovacs ha dedicado su vida a estudiar la mente de los niños. Este médico investigador ha escrito un texto llamado ‘Aprendiendo a ser padres’ donde da las claves de una buena educación. Ha basado este texto en todas las evidencias científicas que existen sobre el incremento cerebral.
Apunta que si un estímulo se aplica a un inmaduro en un momento inapropiado no va a provocar el huella esperado. Apunta que con los niños muchas veces existe la sobreexigencia o la sobreansiedad aunque la plasticidad del cerebro “hace difícil excederse en las vivencias educativas y muy liviana no impresionar”. Describe en el crecimiento periodos críticos muy importantes. “No se establecen conexiones neuronales con la misma facilidad a todas las edades. Cuanto más pequeño es el inmaduro, más liviana es”, mantiene. En los primeros abriles de vida es especialmente importante aportar los estímulos y las vivencias que necesita el pequeño.
“Si hacemos lo necesario para que los niños no cometan ningún error cuando sus padres viven, los cometerán todos cuando hayan muerto”
Durante los primeros abriles de vida es cuando más importante es aportar los estímulos y las vivencias que necesitan los niños de la guisa y el momento oportuno. En el texto defiende la conclusión de que es mejor enseñar a pescar que dar peces. “Cuando un inmaduro tiene un problema es una oportunidad de enseñarle a afrontarlo para siempre. Si hacemos lo necesario para que los niños no cometan ningún error cuando sus padres viven, los cometerán todos cuando hayan muerto y no haya nadie para guiarles”, señala.
Explica por otra parte que los tratamientos médicos tienen sus indicaciones y muchas veces es tan peligroso administrarlo a un inmaduro que no lo necesita como no dárselo. “Hay problemas que se resuelven con capacitación para lo que el inmaduro no necesita tratamiento”, defiende. Cree que los padres ocupados pueden educar perfectamente a sus hijos. “Lo que es mala idea es estar todo el día trabajando y cuando pueden estar con el darles la tablet”, incide.
“Si uno quiere educar a un inmaduro para su propia comodidad cualquier cosa funciona. Si es para resultar perfectamente con el entorno eso puede hundir al inmaduro en la miseria, tal y como demuestran los informes Pisa”, explica. “La idea es que el inmaduro se convierta el día de mañana en un adulto capaz de transigir una vida emancipado y digna en un entorno cambiante y para esto uso dos criterios. En todo lo que hay pruebas científicas sobre los resultados la discusión es escasa y en aquello en lo que no existe prueba científica hay que identificar opiniones personales explicando por qué o en qué me baso para tenerlas”.
Recomienda que durante los primeros 5 abriles de vida de un inmaduro el uso de las pantallas sea magnífico. Sobre la educación bilingüe en niños de existencia temprana señala que desde el punto de paisaje del diafragma auditivo, cuando ayer aprenda idiomas que usan frecuencias distintas mejor “Que aprenda gachupin, ruso y chino. Si el objetivo es que el inmaduro pueda asimilar idiomas enseñarle francés, gachupin y catalán es redundante”, considera.
