Nos dejaron tirados como ratas


Goyo del Valle nos muestra todavía incrédulo la estructura del taxi. Trayecto: Benidorm-Valladolid; valor total con IVA: 1.000 euros. Es lo que pagó él y sus compañeros de delirio por el desplazamiento en taxi desde la población alicantina hasta la ciudad en la que vive, Valladolid.

Habían disfrutado de diez días maravillosos de asueto en Benidorm. Un delirio organizado por una Asociación de Jubilados de la ciudad castellano y leonesa, con todo incluido para cincuenta y cinco personas. El delirio había llegado ya a su fin. Con las maletas hechas, haciendo tiempo en la admisión del hotel, recibían el comunicado de OUIGO que les avisaba de que habían cancelado el delirio de dorso a Valladolid.

Así les comunicaron que se cancelaba su delirio

“Nos dijeron que no podíamos desplazarse por los problemas de tráfico ferroviario en Madrid”, explica Goyo. “Así que intentamos ponernos en contacto con la agencia con la que habíamos contratado el delirio, pero al ser domingo, no había nadie. Empezamos a tildar a empresas de autobuses, pero siquiera había opción”, aclara. “La tensión era enorme, todos tratábamos de inquirir alternativas, pero no era mínimo dócil”, reconoce José Donaire Manuel Seoane, otro de los afectados.

En hotel donde se habían hospedado ya no había habitaciones para todos. “La opción que nos daban era separarnos en varios hoteles y, encima, congruo más caros”, insiste el retirado. Algunos de los afectados tenían que regresar a Valladolid donde tenían programadas citas médicas. Así que la opción del taxi cogió fuerza.

La dorso en taxi

En total, 14 vehículos para recorrer los casi 700 kilómetros que les separaban de casa. “Fuimos en tren porque era más despreciado y nos ha saliente mucho más caro. Hemos pagado 250 euros por persona, algunos matrimonios 500”, señala muy enfadado Honorato, otro de los afectados. “Nos dejaron allí tirados como ratas. Y, si no llegamos a tener el peculio para respaldar al taxista, ¿qué pasa?”, se pregunta Isabel Rodríguez, otra de las viajeras.

Protesta

Inquietud, desánimo o desencanto. Son algunos de las emociones que ha sentido en las últimas horas Andrés Herguedas, afectado y miembro de la directiva de esta Asociación de Jubilados. “No hay derecho a esto”, concluye. El delirio a Benidorm, con desplazamiento, alojamiento y pensión completa les costó 765 euros. El taxi de dorso, 250 por vanguardia.

Van a iniciar los trámites para poner una demanda, aunque no son muy optimistas.

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Un jabalí

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