Cómo hablarles de sexualidad a nuestros hijos


El sexo no es lo mismo que la sexualidad. Educar sobre sexualidad y educarse sobre este tema debe hacerse a lo largo de la vida, incluida la edad adulta. Educar en sexualidad es hablar de amor, de relaciones entre personas, de respeto, de identidad, de cariño y por supuesto, de sexo.

El sexo debe verse no como un acto de cópula puramente animal, sino como un acto físico acompañado de emociones, amor, respeto…

Ahora que el “acto de educar” está siendo tan controvertido; dónde, por quién, con qué contenidos… Me voy a centrar en cómo los padres debemos educar a nuestros hijos sobre sexualidad en casa. Cuándo y cómo hablar con ellas según nuestros criterios, nuestras convicciones y luego ellas se definirán a medida que maduren, pero cuanta más información “de calidad” tengan, más libres, responsables y felices serán en sus relaciones sexuales.

Dependiendo de la edad de los niños, la etapa de desarrollo en la que se encuentren y su madurez intelectual, este será el contenido que les daremos y con un lenguaje adaptado. Pero claro, hablar de sexualidad no es fácil, especialmente con los niños. A la mayoría de los padres les resulta difícil, entre otras cosas, porque ellos mismos admiten tener muchas lagunas y dudas sobre el tema.

Hay quienes acuden a la consulta para resolver dudas sobre sus relaciones y algunos para saber cómo deben hablar con su hijo, sobre lo que deben y lo que no deben, todavía. Es cierto que muchas de estas dificultades se deben a la falta de comunicación con nuestros padres cuando éramos pequeños porque es un tema del que normalmente no se hablaba en casa.

Se debe hablar de ello desde muy pequeños para que en la adolescencia, etapa más delicada también en este aspecto, ya tengan información clara y suficiente. Se debe fomentar cualquier tipo de comunicación en casa desde que los niños son pequeños. No debe haber conversaciones prohibidas que hagan que el tema sea tabú porque buscarán en otros sitios, amigos e Internet, aunque la curiosidad los empuje a hacerlo de todos modos. Nuestras actitudes deben ser coherentes con lo que les decimos. Se ha visto que cuanta más información tienen los niños en casa, más tardías son las relaciones sexuales y viceversa, menos información más tempranas y más peligrosas son.

Es muy importante llamar a las cosas por su nombre: pene, vagina… porque ponerles otro nombre les haría pensar que son algo malo.

Los momentos

Cualquier momento es bueno, por ejemplo, aprovechando una escena de amor de una película, la hora del baño, si hay nuevos nacimientos cerca…

Y como, por donde empezamos….!!!??? Lo más fácil es averiguar lo que saben, dejar que pregunten, no reírse de sus preguntas porque les daría vergüenza y tampoco ponerse serios y distantes. Deberíamos hablar con la mayor naturalidad posible.

Si hacemos una distinción por edades, desde los 15 meses hasta los 3 años, es importante enseñarles los nombres reales de las partes de su cuerpo. enseñarles áreas privadas Que absolutamente nadie debe tocar a nadie a menos que tenga un problema y el niño lo diga.

Entre 3 y 5 añosEs normal que los veamos tocándose, han descubierto sus genitales y sienten curiosidad tanto por los suyos como por los de otros niños. Se tocan y repiten porque obtienen placer, un placer no sexual para ellos. Debemos insistirles que está bien que se toquen pero no en público. También seguir insistiendo en las zonas privadas como privadas.

5 a 7 años. Empiezan a sentir curiosidad por las relaciones adultas, empiezan a preguntar sobre el amor, las parejas… y esta edad ya es la ideal para educar en valores. Amor, respeto, qué no hacer, cómo tratar a los demás, querernos a nosotros mismos…

Entre 8 y 10 años. Ya han interiorizado lo que es correcto y lo que no. Profundizan en el enamoramiento, les interesan las relaciones homosexuales… Aquí profundizaremos en la responsabilidad sexual y, muy importante, les hablaremos de los cambios durante la pubertad.

A partir de 11 años. Les hablaremos de roles, insistiremos en el respeto, les explicaremos que las relaciones deben ser consensuadas, de la libertad de elegir pareja, de métodos anticonceptivos, de dudas… Prefiero dedicar el día siguiente a la etapa de la adolescencia, tan importante. , delicado y decisivo a todos los niveles. Autoestima, autoconcepto, dependencias emocionales, relaciones tóxicas… No debemos esperar a que nuestro hijo sea adolescente para hablarle de sexualidad porque ya ha adquirido mucha información que está en gran medida distorsionada y que ahora será difícil para nosotros reestructurarnos. Aunque nunca es demasiado tarde.

SOBRE EL AUTOR
ANA MARÍA ÁNGEL

Psicóloga Clínica y Forense

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