«La decisión de hoy, favorable a Su Majestad, restablece la condiciones necesarias para futuras apariciones públicas». Así lo afirma un portavoz del rey Juan Carlos I a la prensa tras conocer que la justicia británica desestimó la demanda interpuesta contra él por Corinna zu Sayn-Wittgenstein-Sayn, conocida como Corinna Larsen.
En estas palabras resulta evidente que Juan Carlos I podría contemplar un regreso a la vida pública una vez que el juez Collins Riced, del Tribunal Superior de Inglaterra y Gales, haya dado la razón a él en un litigio en el que el demandante reclamó 126 millones de libras (146 millones de euros) por daños y perjuicios.
El comunicado de Don Juan Carlos felicitándose por La noticia llegó después de que Larsen, más largo, en el que muestra su “decepción” con la sentencia contra el recurso y afirma que “es desalentador ver que las víctimas de acoso a menudo luchan por encontrar justicia en nuestro sistema judicial”. “El acoso tiene un impacto profundo y duradero en las personas, y es crucial que nuestros procesos legales proporcionen recursos adecuados a quienes lo han sufrido. La intimidación y el acoso hacia mí y mis hijos continúan y tienen como objetivo destruirme por completo”, afirmó.
Ni el entorno de don Juan Carlos ni sus abogados se han expresado más que con el breve comunicado, que aparece como una declaración de intencionespero la sentencia supone un espaldarazo en medio de un proceso que amenazaba con dejarlo en el banquillo.
Pero el juez concluyó que el Tribunal Superior de Inglaterra y Gales “carece de competencia para conocer de esta demanda”, ya que “no ha sido interpuesta contra el demandado en su país de domicilio, como es su derecho por defecto; y el demandante no me ha convencido que ella tiene Argumentos sólidos y defendibles. que su reclamo cae dentro de una excepción a esa regla predeterminada. “Esto, a su vez, se debe a que usted no ha demostrado suficientemente que el ‘hecho perjudicial’ denunciado (el acoso por parte del acusado) ocurrió en Inglaterra”, concluyó.