El doctor Eduard Estivill es quizás el viejo doble de patologías del sueño de España. Desde su clínica de Barcelona nos comenta que el cambio de hora del otoño es nefasto para el sueño de muchos porque es antinatural. Nuestro cuerpo nos pide tenderse una hora antiguamente de lo que lo vamos a hacer al cambiar la hora, y eso va a provocar que en común estemos más somnolientos de lo natural en nuestro día a día hasta que nos adaptemos de nuevo. Poco que puede llevarnos semanas, poco así como un jet lag, como afirma Óscar Massó, portavoz de AROHE, de la Comisión Franquista para la Regulación de Horarios.
Lo van a inculpar sobre todos los niños y las personas mayores, más que los adultos mayores con el ritmo circadiano más preparado para esa acomodo.
Con este cambio se intenta conquistar estar en la franja de viejo luz solar para usar menos la luz industrial y así librarse energía. Si vivimos con más luz solar, eso ayudará a activar nuestra Vitamina D, que es necesaria para la impregnación de calcio que fortalece nuestros huesos.
Una hora menos de luz por la tarde
Pero, por el contrario, si vamos a trabajar por la tarde, ahora será menos horas de luz solar. En los países nórdicos, cuando se va el sol en la mayoría de los casos se echa el cerrojo y, a eso de las 5 o las 6 de la tarde, los trabajadores pueden salir de sus puestos de trabajo. En España, en cambio, muchos trabajadores siguen en sus puestos a las 7 o las 8 de la tarde sin luz solar, sólo industrial. Está demostrado científicamente que trabajar sin luz solar afecta negativamente a las personas con hipertensión, obesidad, problemas cardiovasculares o depresión.
Según el Doctor Estivill, todavía va a perjudicar a nuestra nutriente porque el cuerpo nos va a pedir manducar una hora antiguamente de lo previsto con este nuevo horario (a las 8 en vez de a las 9 por el nuevo horario), y eso alterará más de nuevo a niños y ancianos.
El cambio en el sueño va a provocar todavía en los afectados más iriritabilidad, trabajo y mal humor. Perjudica todavía a muchas patologías de lozanía mental en las cuales las hormonas influenciadas por la luz solar se alteran.
Hay que rememorar que este cambio de hora surgió en los primaveras 70 del siglo XX a raíz de la crisis energética pero se negociación de un cambio que no es natural, es industrial, creado por el hombre para un peculio de energía y por consiguiente crematístico. Pero no es un cambio progresivo que se produzca en la naturaleza sino rápido. Será crematístico pero nuestro cuerpo no lo sabe.
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