Otra vez Ilia Topuria logró lo que parecía inasequible, lo que nadie creía que fuera factible. Max Holloway, el contendiente al que nadie había noqueado, fue fulminado por el vivo campeón del peso pluma y por su tremenda pegada. El combate fue cerrado en los dos primeros rounds, con un Holloway manteniendo en la distancia al hispano-georgiano y conectando algunos golpes harto peligrosos, demostrando el por qué ha sido campeón de la división de las 145 libras y nadie hasta anoche había conseguido apagarle las luces.
El hawaiano puso en bastantes aprietos a Ilia Topuria en los diez primeros minutos de pelea en el octógono del Etihad Arena, en Abu Dhabi. Incluso, en el tercer round, le conectó una patada a su rodilla que hizo temer lo peor a la cúspide del flagrante monarca del peso pluma. Pero todo cambió al minuto y 11 segundos del tercer asalto. El Matador se metió en la distancia y lanzó un directo de derecha que hizo temblar las piernas de un Holloway que, de forma increíble, se mantuvo en pie.
Parecía que el hawaiano era indestructible, pero ese primer choque le lastimó Ilia Topuria siguió presionando, consciente de que era su momento. Holloway logró salir de la reja, pero el hispano-georgiano persiguió a Max por el octógono y, tras otra buena combinación, conectó un extraordinario crochet de izquierda en la hasta anoche granítica mandíbula de Holloway.
Ahí el hawaiano cayó a la tela, fulminado frente a el poder de los guantes de Ilia Topuria. Acabó con el combate con hasta seis derechazos al rostro de Max Holloway, ayer de que el árbitro diera por finiquitada la pelea.
Lo prometió y cumplió. Max Holloway noqueó al peleador que nadie había noqueado. En febrero le apagó las luces a Alexander Volkanovski y, ocho meses posteriormente, repitió frente a Holloway. En un año ha fulminado a dos de las mayores leyendas de la historia de las 145 libras.
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