La diputada más joven de la formación, de 28 años, ocupará la vocería tras su sólido paso por el Senado y ejecuta la renovación del partido con compromiso femenino
Él fenómeno del millón Nació hace casi un año, a principios de septiembre. Pedro Sánchez compareció en el Senado para informar sobre el plan de ahorro energético activado por el Gobierno contra la inflación. Una senadora desconocida habló en nombre de Vox y, pese a su inexperiencia parlamentaria, increpó sin titubear al presidente. Lo acusó de ser un problema de España y de llevar al país al suicidio nacional. Solo una cosa sorprendió más que su tono contundente contra Sánchez: su edad. Entonces yo tenía 27 años.
Pepa Millán (Cabra, Córdoba, 1995) para seguir batiendo récords hoy cuando debutó en el congreso de los diputados como uno de los portavoces más jóvenes que se recuerdan en la historia del parlamentarismo español. Asume la voz de Vox en un momento sensible, tras la marcha de Iván Espinosa de los Monteros y aún asimilando el susto electoral que hace retroceder al partido 19 escaños tras perder más de 600.000 votos. Pero la confianza de santiago abascal En su nueva portavoz, la más joven de su grupo, es absoluta para representar a sus tres millones de votantes y mantener un perfil propio tanto con el PSOE como con el Partido Popular.
La dirección de Vox había seguido durante meses la brillante escalada política de Milln y la considera uno de sus grandes talentos emergentes. Fue, admite un alto mando de Vox, una revelación en un lugar complicado en el último año como ha sido el Senado, donde llegó en 2022 tras ser asesora de partido en el Parlamento andaluz.
Con el nombramiento de Millán, Abascal ejecuta un importante relevo generacional en Vox. En los últimos días cuenta a este periódico: el abandono de Espinosa de los Monteros, junto al desplazamiento de Javier Ortega-Smith y la ruptura con macarena olona abre una ventana de oportunidad para que los perfiles más jóvenes de Vox se abran paso en el organigrama del partido. Figuras como Ignacio Garriga, secretario general; Ignacio Hoces; El vicesecretario de Instituciones, o Juan García-Gallardo, vicepresidente de Castilla y León, han ido ganando peso en el último año como parte de esta progresiva reestructuración que ha sustituido a buena parte de los fundadores de Vox que aún estaban en los mandos. Es más, de la foto de la cúpula del grupo que irrumpió en el Congreso en 2019, solo Abascal permanece activo a día de hoy.
Pero el aterrizaje de Millán, abogado, ahonda en esta nueva dinámica más juvenil -otros candidatos que sonaban hasta el último momento como posibles portavoces eran Hoces, José María Figaredo o Roco de Meery que ahora tendrán un papel importante en la Cámara, tienen menos de 40 años- y con una mayor presencia femenina en la toma de decisiones.
Este último dato no es baladí, teniendo en cuenta que solo un tercio del grupo parlamentario de Vox son mujeres -el partido con menos paridad en la Cámara-, que su electorado es mayoritariamente masculino y que el programa del partido ha sido cuestionado en los últimos años. últimos tiempos por su discurso sobre la violencia de género. Ahora, Abascal pone la primera piedra del nuevo camino de Vox y elige para él a una mujer llamada a ser fundamental en los planes de futuro del partido.
De hecho, Bambú ya tenía a Millán en su radar desde hace meses y calculó exactamente cómo darle la responsabilidad. Flanquea con Espinosa de los Monteros a Abascal en la inscripción de la moción de censo de Tamames el pasado mes de marzo. Lo hizo oficialmente como portavoz del partido en la Cámara Alta, pero ya era toda una declaración de intenciones sobre el papel que empezaba a tener en Vox. Las campañas confirmaron su nuevo rol, especialmente el de las generales, cuando compartió caravana con Abascal y participó en varios mítines centrales.
El puesto número cinco que ocupaba el Madrid en las listas hacía pensar que Millán sería una figura destacada en el nuevo grupo parlamentario, pero no partía como favorito en las apuestas. La dirección, de hecho, valora que nombre a su portavoz por miedo al desgaste que pueda sufrir demasiado pronto. Pero esa contundencia vista desde la primera intervención acabó de convencer a Abascal. Ayer el líder de Vox recordaba esas palabras: lo hizo como muy pocos parlamentarios son capaces de hacerlo.