Las obras de mejoría del corredor mediterráneo siguen avanzando. Sin incautación, para muchos usuarios en Cataluña, se han convertido en un problema. Más de 12.000 pasajeros de trenes regionales experimentan cada día demoras, colapsos en el servicio y aglomeraciones, lo que ha empujado a algunos a tomar medidas drásticas, como mudarse temporalmente para evitar los retrasos que afectan a su vida gremial.
Desde que dieron eclosión las obras, el pasado 1 de octubre, los usuarios se han topado con los mercancía de un servicio ferroviario que, entre constantes retrasos y una sobrecarga de pasajeros, ya no cumple con los horarios. Ana Gómez, portavoz de la plataforma ‘Dignitat a les Vies’, ha denunciado la situación: “Llegamos a la etapa y el tren de Reus no ha llegado, los trenes no son puntuales, tienes que ir a trabajar… incluso hay peleas en los andenes para ver quién sube primero”. Gómez describe un hábitat de tensión y desesperación, donde la descuido de información y la saturación de pasajeros aumentan el malestar entre los usuarios.
Personas que cambian de casa para economizar tiempo
Este clima de incertidumbre ha llevado a algunos a tomar decisiones significativas para poder cumplir con sus responsabilidades laborales. Marta, de 37 primaveras, residente en Tortosa, ha tenido que traspasar una habitación en Tarragona para estrechar los tiempos de delirio. “He hecho una renuncia personal importante. Estoy aquí entre semana, aunque tengo una hipoteca en Tortosa”, explica. A pesar de este sacrificio, Marta afirma que lo hace para poder cumplir con su quehacer y que sus alumnos no se vean perjudicados por un sistema ferroviario que, en sus palabras, “no funciona”.
Albert, otro adjudicatario afectado, incluso ha optado por mudarse. Unido con su pareja, decidió trasladarse a las periferia de Barcelona para evitar la pérdida de tiempo en un trayecto que antaño le ocupaba cinco horas diarias. “Lo hablé con mi pareja y decidimos despabilarse un adoquinado cerca de la ciudad. Ahora solo tardo diez minutos caminando”. Con tono de frustración, Albert expresa su deseo de que “los políticos usen el tren o el metropolitano para ir a trabajar”.
A pesar de la autorización de autobuses y algunas líneas de tren adicionales, muchos usuarios consideran que estas medidas son insuficientes. La descuido de personal y la carencia de información adecuada han agravado la situación. Un adjudicatario relata que “llegas a Barcelona y nadie te dice lo que tienes que coger, la app ni funciona”, evidenciando así la descuido de apoyo en las estaciones y en las plataformas de información de Renfe.
Por su parte, tanto Renfe como el Departament de Territori han asegurado que están trabajando intensamente para mitigar las consecuencias de las obras. Sin incautación, la situación sigue siendo insostenible para miles de personas, quienes demandan una mejoría efectiva en el sistema de transporte
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