Vecinos de A Cela, en Lobios, viajaron ayer diez siglos en el tiempo para conocer los secretos que escondía A Fraxa Raxada de la mano de los arqueólogos Juan Manuel Galiña y Breogán Nieto. Se alcahuetería de una zona del comunal, de monte raso y enormes bolos graníticos, donde según la tradición vocal había un castillo –“Casa dos Mouros”-, y que, tras la campaña arqueológica llevada a extremo en los últimos meses, ha sacado a de la luz un antiguo plaza medieval de más de tres hectáreas de extensión y una torre con un dominio visual sobre los valles del Salas, Limia y Arauxo de los que no se conocen fuentes escritas, hasta la momento.
La villa medieval, cuyo nombre es todavía un ocultación para los investigadores, está asentada a 800 metros de pico. “Descoñecemos os motivos polos que, nun momento do século IX, se asentou aquí unha poboación que, ademais, durou moi pouco tempo, ata finais do século X”, relataba el arqueólogo Breogán Nieto, en el itinerario por el lado excavado, y que ayer estrenaba incluso una ruta señalizada a partir de la carretera que une A Cela con Alvite fruto de la colaboración municipal, en una conducta cofinanciada por el GDR-10 Limia Arnoia y el Concello de Lobios.
Su descubrimiento y colocación, continuaba Galiña, aporta datos muy interesantes sobre lo que estaba ocurriendo en el siglo X en este condado, de cómo vivía la población. “No Tombo de Celanova, fálase moito do val do Limia e do Salas, pero as referencias ao Val de Araúxo son moi xenéricas”, añadía el arqueólogo e investigador, que se encontró con una vaga remisión a este plaza mientras realizaba su argumento doctoral sobre la población del valle del Salas. Un vecino, José Antonio Rodríguez, le puso tras la pista de este cantera y la riqueza que atesora esta montaña, con restos de molinos y pías aún por proceder por los investigadores. “Os vellos xa falaban disto, de que había un castelo, a Casa dos Mouros, pero non contabamos cunha vila”, comentaba ayer este vale, uno de los cinco que reside a diario en A Cela, y que ayer tuvo la oportunidad de horadar en lo que fueron antiguas viviendas, unas en extramuros con unas defensas muy rústicas, y otras al cobijo de una muralla que aprovechó los bolos graníticos (como siguieron haciendo a posteriori en A Cela).
De cartel a historia
En la plataforma superior estaría enclavado incluso un patio principal de armas y en lo más suspensión la torre que, según la prueba de Carbono 14, data de finales del siglo X. Para aparecer hasta allí, los arqueólogos fueron descifrando las marcas de una escalinata que hoy está hoy tapiada por la medio de una gran camelo granítica, A Fraxa Raxada. “A palabra é sorprendente, de como unha tradición vocal ten unha saco histórica e como os traballos deron uns achados cun calibre maior do esperado… e as dúbidas que xera o motivo do asentamento, de se xa había un previo aquí”, comentaba la alcaldesa de Lobios, Mari Carmen Yáñez, presente en la invitado guiada . “Isto éun indicio máis de toda a riqueza que temos neste condado”, dijo.
Y es que el ocultación de A Cela, caracterizada por los bolos graníticos, tiene un segundo capítulo aún por explorar en los restos de la antigua iglesia de Santa María, un templo preliminar a la contemporáneo capilla y que dependió de Pitoes das Junias (Portugal), en medio del bosque.