Los propietarios de bajos de la provincia de Ourense, obligados a medir el nivel de radón



Una nueva norma europea que entró en vigor en junio obliga, desde este otoño, a las empresas y negocios que tengan locales en sótanos y plantas bajas a hacer mediciones de gas radón -un gas que tiene una relación derecho en el avance de cáncer de pulmón-, adentro de su plan de Prevención de Riesgos Laborales.

Todos los municipios de la provincia de Ourense se ven afectados, ya que presentan unos niveles de radón que los hacen ser de comportamiento prioritaria delante esta medida. De ellos, 82 son proclives a las máximas concentraciones de este gas, mientras que los 10 restantes -A Rúa, O Barco de Valdeorras, Castrelo do Val, Laza, Oímbra, Rairiz de Veiga, Rubiá, Verín, Viana do Necio, Vilamartín de Valdeorras- se sitúan en un nivel poco inferior, pero que ya supera el meta permitido. 

El nivel mayor de concentración de radón se sitúa en españa en los 300 bequerelios por patrón cúbico 

El nivel de narración establecido, es aseverar, el promedio anual de concentración de radón que se contempla como mayor es 300 bequerelios por patrón cúbico, atendiendo a la sigla establecida por el Consejo de Seguridad Nuclear. Una cota que es superior a la permitida en otros países, como es el caso de Irlanda, donde el tope se sitúa en los 200 bequerelios por patrón cúbico.

Precedentes en viviendas

En un primer momento, las mediciones de radón ya se realizaron en domicilios y fue entonces cuando se confirmó que Ourense es la primera ciudad gallega en afectación con un 23,15% de las viviendas expuestas a este gas. Por otra parte, se demostró que las mayores concentraciones de radón se dan en los lugares más cercanos al subsuelo: bajo rasante, planta muerto y primera planta, que son precisamente donde suelen ubicarse los negocios y empresas. Es por ello que el 90% de los locales comerciales deberán someterse a las mediciones de este gas, ya que el 10% restante se encuentra situado a viejo importancia. 

“Estamos en la segunda etapa de concienciación, porque es cierto que, lógicamente, pasas mucho tiempo en tu vivienda, pero igualmente pasas mucho tiempo en tu puesto de trabajo”, explica Javier López, ingeniero de caminos en BMI, quién señala que el objetivo es “incentivar que, por parte de la inspección de trabajo, que forme parte de un factor más de la prevención de riesgos laborales”. 

Medidas necesarias

Las mediciones deben realizarse con lo que se conoce como detector de trazas, un dispositivo que tiene que colocarse en un sitio adecuado durante tres meses. Una vez pasado el tiempo, el laboratorio comprueba los resultados y hace un referencia acreditado que debe enviarse al empleador, que tomará las decisiones de mitigación si es el caso. “Hay empresas que se encargan de instalarte este sistema y a posteriori ya son ellos mismos los que te realizan los informes necesarios en los que se ve la concentración media anual”, indica  López.

Los detectores que deben instalar los comerciantes en sus locales tienen un coste de entre 35 y 40 euros más IVA

La concentración de este gas depende de muchos títulos de temperatura y presión. “Es muy variable porque, por otra parte, es un gas que se desplaza muy rápidamente con pequeñas diferencias de presión”, asegura López, que indica: “si tú quieres hacer unas mediciones correctas, lo más interesante es que lo hagas durante los meses de noviembre, enero, febrero, marzo, en ese entorno”.

El sector comercial de Ourense todavía tiene dudas sobre la implementación de esta medida, el presidente del CCA Ourense Centro, Luis Rivera, señala  que “si se manejo de una medida para fijar nuestra lozanía, siempre es bienvenida”. Con todo, les preocupa la cuestión económica, sin requisa, el compra rondaría los 35-40 euros. Los expertos consideran que es un compra intrascendente y que “hay que sumirlo como una prevención de riesgos laborales”. “Si una persona trabaja ocho horas al día ahí, durante cuatro días, durante cinco días, a la semana, pues lógicamente hay que avalar que ese entorno está suelto de concentración”, indica López, quién asegura que los clientes pueden estar tranquilos, ya que su tiempo de exposición no conlleva consecuencias. 

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