En septiembre de 2000, la Revista de Administración Pública dedicó su número 153 a Alejando Nieto en homenaje con motivo de su retiro como catedrático de Derecho Administrativo. Contiene su enorme obra académica de 196 publicaciones, entre ellas 20 libros, 2 obras colectivas, 56 colaboraciones, 23 prólogos y 100 artículos, que es imposible comentar para alguien que ha sido un estudiante con el que ha compartido muchas inquietudes intelectuales. conocimientos jurídicos, y una profunda y entrañable amistad, que sólo pretende dejar constancia de su humanidad y sabiduría. Veinte años después ha incrementado considerablemente este trabajo. Alejandro Nieto tomó posesión en 1964 como catedrático de Derecho Administrativo de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Laguna, la cual contó con todas sus cátedras en las diferentes materias impartidas por eminentes profesores, entre los que se encontraban Alejandro Nieto, Felipe González, como grandes maestros. Vicén, profesor de Filosofía del Derecho ya en la República, de quien la mayoría de los filósofos del derecho que conocí se consideraban discípulos suyos; y Juan Miquel González de Audicana, a quien Alejandro Nieto consideraba un genio. Alejandro pronto se reveló como un profesor original, metódico, trabajador, cuyas clases eran antológicas, y emprendió una considerable labor de estudio, enseñando y formando a jóvenes universitarios, en relaciones cuasi familiares, con paseos por las islas. Caminó conmigo por El Hierro durante varios días en los que permaneció en mi casa y mantuvimos interesantes diálogos, que me enriquecieron intelectualmente, sobre los más variados temas. Muchos de sus alumnos de aquella época debemos nuestra vocación y dedicación profesional al Derecho Administrativo. Realiza seminarios en La Laguna en los que investiga sistemáticamente los problemas administrativos de Canarias, que más de 50 años después siguen siendo los más valorados que se han realizado en el archipiélago, sobre su ordenación local, su régimen hídrico , es historia. administrativo, que se recoge en los seis valiosos volúmenes del Estudio de Derecho Administrativo Especial Canario.
Es imposible abarcar la copiosa obra jurídica de Alejandro Nieto, que lo revela como un destacado científico jurídico. Baste señalar que García de Enterría, su maestro, pensaba que su libro sobre el “arbitraje judicial”, que tuve que leer tres veces para comprenderlo correctamente, era la mejor obra jurídica en España de los últimos 50 años, y que su ‘Derecho Administrativo Sancionador’, de visita obligada para todo juez y abogado, es una obra jurídica de una calidad verdaderamente excepcional. Rafael de Mendizábal, ex magistrado del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo, para mí el mejor responsable jurídico de la Carrera Judicial que he conocido, a quien Alejandro prologó algunos de sus libros, me dijo que había superado el obra jurídica de su maestro, como creador del Derecho y jurista singular, atípico, cuya frescura intelectual, originalidad y densidad de espíritu es admirada por todos los administradores españoles y extranjeros.
Alejandro Nieto no sólo ha sido un extraordinario jurista sino también un inquieto intelectual, ensayista e historiador, independiente e incorruptible, de mente poderosa, penetrante y original, de espíritu indomable, que ha escrito importantes ensayos y libros de historia general y derecho, que tampoco es posible enumerar en este obituario, como ‘Los primeros pasos del Estado de derecho’, que ganó el Premio Nacional de Ensayo. También merecen destacarse sus libros ‘La organización del desgobierno’, ‘La nueva organización del desgobierno’, ‘El desgobierno de lo Público’ y ‘El desgobierno judicial’, en los que realiza una crítica implacable a la realidad política y administrativa española , la precaria situación de la Administración de Justicia, y del Consejo de la Judicatura manipulado por los partidos políticos, desde una perspectiva y metodología rigurosamente originales. El voluminoso libro de él ‘Mendizábal. Apogeo y crisis del progresismo civil’, es un análisis riguroso y documentado de un período muy concreto de nuestra historia (1836-1837). Alejandro también ha estudiado la Primera República, y la Rebelión Militar de la Generalitat contra la Segunda República el 7 de octubre de 1934, con aportaciones inéditas en la historiografía sobre estas convulsas etapas de la historia contemporánea de España. Creo, modestamente, que estos libros lo inspiraron en parte a través de su lectura crítica de mis artículos sobre la Segunda República.
Sus últimos libros coronan la obra jurídica e intelectual de Alejandro Nieto con un título inmejorable. En 2017 publicó ‘Testimonios de un jurista’ (1930-2017), en el que rompe los paradigmas de todo orden, incluido el jurídico, en el que venimos viviendo, concluyendo que la quiebra fundamental radica en la incapacidad del actual Estado, a pesar de su soberbia, para garantizar la seguridad de los ciudadanos, agregando que la justicia que se administra no alcanza los niveles que la sociedad exige a la Ley, lo que significa que el sueño de la igualdad se ha desvanecido. En 2022, habiendo empeorado su salud, ya nonagenario, Alejandro todavía está a tiempo de escribir el libro ‘El mundo visto a los 90’ en el que confiesa que hasta su muerte nadie podrá quitarle “la libertad de hablar aunque nadie le escuche.” “, ni escribir, aunque nadie lo lea, ni pensar, aunque a nadie le importe.” Se puede decir que Alejandro ha muerto con la pluma en la mano, sorprendiéndonos con su último libro ‘Entre la Segunda y la Tercera República’, también con aportaciones historiográficas inéditas, en el que concluye que ante una posible decisión futura o consulta entre Monarquía o República, no se pueden escatimar esfuerzos para facilitar el conocimiento de los ciudadanos sobre su pasado inmediato.
Alejandro, tus alumnos y profesores que te aman y admiran siempre te recordarán, en invierno y verano, lejos y cerca, mientras vivamos y después.