EH Bildu avanza que Sánchez abrirá el “debate territorial” en una reunión con medio millar de funcionarios y simpatizantes para celebrar sus logros
El líder de EH Bildu Arnaldo Otegi sostiene públicamente que el voto a favor de Sánchez responde al “mandato” de las urnas en Euskadi. Una posición teórica contra el “bloque reaccionario” de PP y Vox que, sin embargo, no oculta las negociaciones con el PSOE y con los independentistas catalanes y con el PNV en las que Otegi participa desde el pasado 23 de junio. El coordinador general de EH Bildu ha cerrado una asamblea general de EH Bildu -la coalición controlada por la izquierda abertzale- con una aplaudida intervención en la que ha evitado polémicas como los ataques al monolito y al panteón de Fernando Buesa o los desencuentros del PNV y el PSOE vasco con el Ley de Educación.
El dirigente de Bildu ha reconocido ante su plantilla y militantes que están “muy contentos” con el nombramiento de Alcuaz como presidente de la Federación de Municipios y Concejos de Navarra. El órgano de representación local está formado por más de 500 entidades locales y Alcuaz logró la presidencia gracias a los votos de los alcaldes del Partido Socialista de Navarra (PSN), relegando a la vicepresidencia al candidato de UPN y alcalde de Tudela, Alejandro Toquero. Un voto favorable de los socialistas navarros que el líder de UPN Javier Esparza calificó ayer como el “primer pago” del PSOE a Bildu para la investidura de Sánchez.
Otegi, además, ha animado a los suyos al anunciar que si Sánchez aprueba la investidura se verá obligado a abrir el “modelo territorial” que reclaman los partidos independentistas y el PNV. “Bienvenido ese debate”, ha dicho Otegi sin hacer referencia alguna a las exigencias de Junts y ERC sobre la amnistía o la celebración de un referéndum independentista. El líder de EH Bildu ha hecho una “invitación” al PNV pero también a los sindicatos y organizaciones sociales nacionalistas a impulsar un “nuevo estatuto soberano”, el proyecto patrocinado desde 2012 por el lehendakari Urkullu que luego paralizó al PNV para lograr el apoyo de El PSOE vasco.