De entre la catarata de números y cifras que deja un partido me quedo con 4. Fueron los minutos que la estadística le da a Unai Mendikote. Redondeo. Parecía que no iba a jugar. Probablemente él mismo lo pensó así. Pero apareció en un momento delicado y lo dio todo. Detrás y delante. Esa fábula de cuatro minutos es la que debería servir de ejemplo. La COB tiene que ser una piña. No hay Jordans ni Lebrons. Actitud. Eso engancha al respetable. Si juegas un minuto, juegalo como el único que jugarás en tu vida.
Te vuelves mejor con las victorias. Lo normal es que un equipo con 12 caras nuevas evolucione con el paso de las semanas. Seguramente todos los días Turner no se viste como MVP. En una liga de categoría la cosa vendrá mal. Obvio. Pero se ve que hay una idea, una fórmula y una plantilla compensada. A partir de ahí, juega y compite. Pero con la primera y dos cervezas, ya en la bolsa.