Seis años después de la gran manifestación contra el 1-O, los contrarios al independentismo vuelven a manifestarse masivamente para oponerse a la exoneración de los crímenes del ‘procs’
Seis años después de la gran manifestación que desbordó el centro de Barcelona para rebelarse contra la intención del separatismo de escindir Cataluña del resto de España aplicando el resultado del 1-O, el constitucionalismo ha vuelto a tomar el centro de la capital catalana para oponerse. ahora, a la confesada pretensión de Pedro Sánchez a amnistía a los líderes secesionistas que impulsaron el referéndum ilegal y con la sospecha de que, a cambio de ser reintegrado como presidente del Gobierno, el socialista acabará también accediendo a negociar una nueva votación separatista, esta vez aplicable.
Como eco de las pronunciadas entonces, las proclamas a favor de la unidad de España y en contra Carlos Puigdemont -para quien los cánticos siguen deseando prisión- han vuelto a resonar en el Paseo de Gracia, proyectando el desacuerdo unánime de los presentes con la negociación abierta entre el Gobierno en funciones, ERC y el líder prófugo de Junts para anular la respuesta judicial que apaciguó la subversión del orden constitucional y allanó el camino para futuros intentos secesionistas.
Convocada por Sociedad Civil Catalana y apoyada por la dirección del PP, Vox y Ciudadanos resilientes, y bajo el lema: Ni en mi nombre, ni amnistía ni autodeterminación, la manifestación se desarrolló con la notable ausencia del PSC. que Domingo ha decidido abandonar el constitucionalismo militante para no obstaculizar el inminente intercambio entre Sánchez y el separatismo. Para poner en evidencia esta carencia ha comparecido el exlíder del PSOE e histórico alcalde de Coruña, francisco vazquezquien ha dicho que vendrá a “defender el Estado de derecho y la Constitución”.
Los contrarios a la independencia han vuelto masivamente a las calles -Los organizadores cifran el número de asistentes en 300.000 y la Policía Urbana en 50.000- pese a la presión ejercida durante toda la semana por la Generalitat, que incluso ha utilizado a su portavoz para transmitir que la manifestación se celebra contra los catalanes, negando por extensión la catalanidad de los presentes.
Tras consolidarse como alternativa y azote de Sánchez, tras su fallido debate de investidura, Alberto Nez Feijo ha estrenado su nueva condición en las calles de Barcelona, donde ha sido recibido con gritos de presidente y ha denunciado el cacique impropio de una democracia que el socialista se dispone a ejecutar tras haber admitido ya el pasado viernes que ve la amnistía como una forma de superar las consecuencias judiciales de proceso y habiendo permitido al vicepresidente segundo del Gobierno, Yolanda Díazairear el proyecto de una ley de amnistía para favorecer a los secesionistas procesados desde 2013.
No busca la convivencia, es una transacción con el independentismo. No busca la reconciliación, lo que busca exclusivamente es la presidencia del Gobierno, ha considerado el líder del PP.
Nadie puede cambiar el destino de una nación con siete votos, añadió. Isabel Díaz Ayuso. Aclamada coralmente por los asistentes, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha vuelto a demostrar el empuje que demuestra en cada una de sus nueve visitas a Cataluña para debatir sobre el protagonismo del líder del PP.
Es un grito de que lo que están intentando hacer es absolutamente inconstitucional. Podrán torcer las leyes, pero aquí se han cometido graves crímenes contra la unidad de España, subrayó.
Como una fechoría y un ataque a la Constitución y al pueblo, ha llamado Santiago Abascal los planes coincidentes de Sánchez y el independentismo. Estamos hablando de un político que quiere amnistía a otro político a cambio de sus votos para seguir en el poder, no hay mayor imagen de corrupción posible, ha coincidido el presidente de Vox.
En esta manifestación están los catalanes libres y los españoles libres, ha proclamado el líder de Ciudadanos en Cataluña, Carlos Carrizosapara contrarrestar las advertencias del Gobierno que intentaron, sin éxito, ahuyentar a los manifestantes.
Los dirigentes políticos han pasado a un segundo plano en la manifestación para ceder el liderazgo a la entidad constitucionalista convocante y han obedecido a la Sociedad Civil al no lucir signos distintivos de sus partidos que pudieran distorsionar la imagen de unidad que ha acabado transmitiendo la marcha.
La manifestación frente a la plaza de Cataluña ha finalizado entre gritos de dimisión de Sánchez y elecciones y un último llamamiento a reconsiderar la hoja de ruta socialista para evitar la amnistía y “consolidar la libertad y la igualdad de todos los españoles”, como deseaba el presidente de Sociedad civil, Elda Mata, antes de cantar “Viva Cataluña, Viva España, Viva el Rey”.