Snchez y Feijo se ven hoy para constatar sus diferencias: la amnista y el bloqueo del CGPJ centrarn los reproches


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Los ‘populares’ sostendrán que el Gobierno no puede ser rehén del secesionismo y el socialista se presentará como adalid de la generosidad

pedro s.
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijó, el pasado mes de agosto.TOMAS COEXAFP
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El presidente en funciones y candidato a la investidura y el líder del PP se reúnen hoy en el Congreso en el marco de la ronda de contactos con las fuerzas parlamentarias -a excepción de Vox- abierta por el primero para recabar apoyos que le permitan continuar en La Moncloa y formar un nuevo gobierno de coalición.

El encuentro entre ambos no se encuadra, sin embargo, en este contexto: ni Sánchez tiene previsto pedir sus votos a Feijó, ni Feijó ha barajado la posibilidad de apoyar a Sánchez ni activa ni pasivamente.

En realidad será la confirmación de un desacuerdo sin posibilidad de rehabilitación; un intercambio de reproches sobre cuál de los dos defiende más -o viola, según se mire- Constitución; quién apuesta más por los intereses generales; quién aboga por la igualdad y quién por la diferencia.

Él popular Llega a la reunión exhibiendo el clamor en Madrid y Barcelona de decenas de miles de ciudadanos contra la presunta ley de amnistía, más o menos disfrazada, que Sánchez negocia a cambio del apoyo independentista a su investidura.

“Cacicada”

Una amnistía que para Feijóo no es más que la moneda de cambio en la transacción que el líder socialista pretende realizar para mantenerse en el poder. Una cigarra que reivindicaría, a su juicio, la igualdad entre los españoles; un torpedo contra la línea de flotación del Estado de derecho y una demostración de arbitrariedad por parte del Ejecutivo.

El líder del PP sostiene que la amnistía no tiene cabida en la Carta Magna y que intentar imponerla contraviene el espíritu del constituyente que ya rechazó las enmiendas que pretendían introducirla en el texto constitucional. Estaba feliz de presentar estos argumentos e insistir en que el gobierno de la nación no puede ser rehén de las minorías que buscan hacerlo estallar.

Por su parte, Sánchez insistirá en que su proyecto de país pasa por dar un paso decisivo a favor de la concordia entre ciudadanos y territorios; que podrá reunir el apoyo de todas las formaciones minoritarias para promover una España plural y que sus planes serán plenamente respetuosos con la Constitución.

El líder socialista presentará sus concesiones al independentismo como una muestra de generosidad a favor de la convivencia y no dudará en culpar a Feijó del bloqueo en la renovación del Consejo General del Poder Judicialun ejemplo, evidente a su juicio, de que el Partido Popular fue el primero en violar los principios constitucionales.

Previsiblemente, los reproches también se intercambiarán en nombre de los aliados de cada uno. Si para Feijó cualquier pacto, previo pago, del PSOE con Bildu o con Juntos; Para Sánchez son los acuerdos del PP con Vox. A estas alturas ya no cabe imaginar un concierto de Estado entre las dos principales fuerzas políticas.

Esta será una fecha infructuosa, válida sólo para que ambos exhiban el abismo que los separa. De hecho, el interés por la ronda de Sánchez se centra exclusivamente en las reuniones que tendrá el miércoles con ERC y, sobre todo, el viernes, con Junts.

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