las trabajadoras denuncian comentarios, proposiciones y tocamientos



El beso no consentido de luis rubiales al jugador Jennifer Hermoso En la entrega de trofeos de la final del Mundial se desató un movimiento social que hizo que muchos hombres, mujeres y también autoridades alzaran la voz para condenar lo sucedido. El caso acabó en la Audiencia Nacional, donde se investiga si el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol cometió agresión sexual y continúa la ola de reacciones y apoyo al campeón del mundo.

Las posibles situaciones de abuso o acoso por parte de superiores en el trabajo llamaron la atención de varios investigadores sanitarios, algunos de ellos asociados a la asociación para la equidad de género en salud,’Las mujeres en la salud global España‘ (WGH España).

Abuso y acoso sexual en salud y educación

Así, lanzaron un cuestionario en redes sociales invitando a mujeres del ámbitos sanitario y educativo para compartir sus experiencias. Preguntaron si habían sufrido violencia sexual. En 13 días lograron recopilar 345 testimonios y las conclusiones son estas: El 73,6% de los protagonistas. ellos reportaron haber se sintió acosado sexualmente y el 28,7%, abusados ​​sexualmente.

Los resultados de este estudio han sido publicados en la revista ‘The Lancet’.

El 73% afirma haber sufrido acoso sexual en el trabajo

Los trabajadores contaron sus historias personales y han extraído que ese abuso o acoso se ha ejercido de diferentes formas: desde la parte verbal con comentarios ofensivos, humillantes, inapropiados, etc.; incluso la física, como tocar, manosear, besar o abrazar. El verbal es el más frecuente, según el 53% de los encuestados, y el físico es más común en el trabajo sanitario. El 6,4% también ha hablado de insinuaciones sexuales o solicitudes de favores sexuales.

Estas mujeres han tenido posteriormente problemas, especialmente psicológico. El 34,5% dice haber tenido problemas de salud mental como ansiedad, depresión, trauma, etc. Y que ha sentido miedo, enfado, vergüenza. Los efectos han sido duraderos y además dicen que, en ocasiones, el agresor los ha ridiculizado, insultado o menospreciado en público, que han sidoacoso‘ y que han sufrido daños en el trabajo.

No denuncian por miedo a la falta de apoyo y a que no les crean.

La mayoría explica que estas conductas muchas veces se normalizan y por eso dudan en denunciarlas. Temen que no les creantomado en serio y falta de apoyo de sus colegas, supervisores o incluso de las instituciones. Algunos también temen posibles represalias profesionales. Quienes lo han contado critican que no ha habido respuestas contundentes por parte de sus empresas y que sus acosadores siguen en sus puestos de trabajo.

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