Y es que para esta mujer de 48 años sus vacaciones de verano “fueron increíbles”. A los 12 años comenzó a ir de campamento con sus padres y su hermano, y se convirtió en una forma de vacacionar para toda la vida. Primero lo hicieron en una tienda de campaña, luego en una caravana y ahora en un casa móvil. “Hace tres décadas adquirimos una parcela en el camping de El Escorial y no perdíamos ningún verano. Incluso salimos algunos fines de semana en otoño e invierno”, explica.
Silvia recuerda con cariño cuánto se divirtió con su pandilla y cómo se sentían tan diferentes a cuando estaban en la ciudad. “Nos encantaba estar al aire libre y en un lugar donde no había peligro. Teníamos libertad”, dice ella.
Hoy, esta campista ve como a sus pequeños les pasa lo mismo y, además, está muy contenta porque ellos lo viven con los hijos de sus amigos de la infancia y la juventud. “Se ha reunido el grupo, ahora en familia. Es una alegría”, añade.
Aunque a Silvia le gusta mucho la playa y suele escaparse unos días cada verano, reconoce que quedarse en un camping no lo cambia por nada del mundo. “Es un estilo de vida. Esto engancha. Si tuviera que convencer a alguien, simplemente lo traería“, concluye.
Ana no tuvo que ser convencida mucho hace seis años. Después de que unos conocidos le hablaran de su verano en un camping, se llevó a su hija, yerno y tres nietos a El Escorial y desde entonces no ha vuelto a faltar. “Esta vez he venido casi directamente del hospital. Me acaban de operar de tres tumores, pero estoy aquí y no me voy a mover hasta septiembre. Este lugar me da mucha vida”, dice animada.
Uno de los motivos por los que siempre ha elegido este lugar ha sido la cercanía a su casa. “Vivo a solo 45 minutos. Esto me da tranquilidad por si pasa algo, y más este año por el tema de los médicos”, añade. Además, la naturaleza y el número de actividades organizadas Para adultos y niños han sido un plus. “Nos encanta estar al aire libre y la tranquilidad que se respira aquí. Personalmente, me gusta mucho dar paseos y disfrutar de los espectáculos que ofrece el camping por la noche”, comenta.
Al igual que Ana, Mara del Mar ha optado por pasar su estancia en un bungalow. Pero a diferencia de ella, solo por una semana. Y es que es la primera vez que va a un camping y no sabía con qué se iba a encontrar y si le gustaba. “Reconozco que me ha encantado. He descubierto otra forma de pasar el verano“, subraya.
Lo que sí tenía muy claro era que buscaba un lugar donde su hija de ocho años se divirtiera, y ella y su esposo se sintieran tranquilidad por la seguridad del lugar. “Quería un lugar con muchas actividades infantiles, buenas instalaciones y naturaleza, y lo encontré. No descarto que nos escapemos aquí un fin de semana fuera de la temporada de verano”, comenta.
La manera de disfrutar de su estancia en un camping ha cambiado a lo largo de los años. A las tiendas de campaña y caravanas se han sumado autocaravanas, bungalows y casa móvil. “Además de esta evolución, que ha sido muy notoria en las últimas cuatro décadas, el concepto en España es diferente al de Europa Central”, explica José Ángel Castro Roca, director de Capfun El Escorial.
Con respecto a perfil de los campistas, en verano la mayoría son familias con niños, que completan el aforo durante todas las vacaciones escolares. “En nuestro caso, abrimos todo el año y tenemos el 100% de ocupación desde finales de junio hasta septiembre. Los clientes suelen venir una semana”, comenta Castro.
El director coincide con Ana y María del Mar en que lo que busca un campista hoy en día es naturaleza, libertad para los niños y tranquilidad para los padres. “También comodidad -añade-. Ahora la gente viene a quedarse con aire acondicionado y baño propio. Buscan estar cómodos como en su casa. Sin embargo, el cliente tienda sigue existiendo. En cuanto a las autocaravanas, aumentaron a un ritmo de encierro”.
Cada año, más madrileños eligen veranear en un camping ubicado en la Comunidad de Madrid. algunos se han convertido pequeños pueblos que lo tienen todo. “El que no quiere salir no tiene necesidad”, concluye Castro Roca.
Por otro lado, la creencia errónea de que la caravana está tirada en el suelo está desapareciendo. “Ir de camping es otra forma de descansar y desconectar. Todavía hay gente que no entiende“, enfatiza Silvia.
Un camping en el corazón de Madrid
El camping Osuna es el único situado en el centro de Madrid. Su ubicación la convierte en la elección de los turistas extranjeros que llegan a la capital con la idea de visitarla unos días. Nuestros clientes son generalmente francés, holandés e italiano. Los españoles vienen más los fines de semana y Semana Santa, explica Isaac, el jefe de recepción.
El campista suele optar por la tienda de campaña durante su estancia. Sin embargo, en los últimos años ha aumentado el número de jubilados españoles que visitan Madrid en autocaravana. Somos una muy buena opción para todos los turistas en general, ya que nuestro camping tiene fácil acceso por carretera, está cerca de IFEMA y a pocos minutos de dos estaciones de metro. De aquí al centro son 20 minutos, agrega.