Los abucheos y gritos contra el presidente en funciones marcan el desarrollo del desfile
Aún no eran las 9:00 de la mañana y el Paseo de la Castellana ya estaba lleno de banderas de España, lleno de gente corriendo para conseguir un buen lugar desde donde ver el desfile militar del Día Nacional. Mezclados entre el público, se podía ver a algunos miembros del Ejército y de la Guardia Civil que iban a desfilar, aprovechando los momentos previos para estar con sus familiares y amigos, comentando con tranquilidad algunos detalles de la ceremonia. También había familias que venían de fuera de Madrid para ver el desfile, y que se habían levantado temprano para estar en primera fila. Es un honor estar aquí. Sin embargo, la calma pronto terminó.
El clima político, con la amnistía y la negociación de Pedro Sánchez con Carles Puigdemont para la investidura de fondo, ha marcado el desarrollo del desfile. ¿No podemos ir más lejos? fue la frase más repetida entre muchas de las personas que subieron de Atocha hacia Plaza Neptuno, donde este año se encontraba la tribuna de autoridades, deseosas de acercarse lo más posible para reprender a Sánchez. No quiere escuchar lo que tenemos que decirle, dijo una mujer, ataviada de pies a cabeza con la bandera española. Nos vende por un puñado de votos y no quiere escucharnos, añadió. Era imposible acercarse a menos de 200 metros desde cualquier punto de Castellana. Sobre las 10.30 de la mañana se produjo un primer pitido dirigido al presidente del Gobierno en funciones, aunque todavía no había llegado al desfile. ¡Que Txapote y Puigdemont te voten a prisión! fueron los gritos más escuchados hacia Sánchez, quien finalmente fue recibido a las 11:00 horas bajo un silbido muy fuerte que se escuchó en la televisión, al que muchos ciudadanos estaban atentos a través de sus teléfonos celulares.
El recibimiento de Sánchez contrastó con el del rey Felipe VI, que llegó acompañado de la reina Letizia y la princesa Leonor, que acudió por primera vez al desfile vestida con el uniforme militar, una vez que inició su entrenamiento militar el pasado mes de agosto en la Academia Militar de Zaragoza. En un instante, los gritos y abucheos a Sánchez se transformaron en vítores y aplausos. No es cierto que siempre haya pitado, sólo a Pedro Sánchez lo comentó un ciudadano que siempre asiste a la celebración de la fiesta nacional. Lo único que faltaba era el año de Covid y nunca antes había visto esto. Desde que llegó a la presidencia, el 12 de octubre ha sido un día complejo para Sánchez, que siempre ha sido recibido con gritos y abucheos por parte de la mayoría de las personas que acuden a ver el desfile.