Ms de 750 cadveres a la espera de una identidad en la ltima dcada


Casi el 90% de los cadáveres encontrados en 2022 podrían ser identificados, según el Centro Nacional de Personas Desaparecidas

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El pasado mes de febrero, parte de los medios de comunicación españoles, y especialmente gallegos, se hicieron eco de la identificación de un cadáver perteneciente a un hombre que había desaparecido, nada más y nada menos, hacía más de cuarenta años. Sin embargo, no todas estas historias tienen un final feliz. De hecho, en España hay un total de 758 cadáveres o restos humanos encontrados en la última década que aún no han sido identificados.

En 1981 -el mismo año de la desaparición- la Policía Nacional de Vigo encontró los restos humanos de un hombre en la ría de la ciudad olvidada sin que nadie en ese momento pudiera darle nombre y apellidos. Sin embargo, la modernización en 2023 del Sistema de Personas Desaparecidas y Restos Humanos (PDyRH) supervisado por el Centro Nacional de Personas Desaparecidas (CNDES), y “la coherencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado” han permitido “poner fin por fin al sufrimiento y la angustia de una familia”dicen desde el Centro dependiente de Interior y puesto en funcionamiento hace seis años.

Desde 2010 se han encontrado en nuestro país 1.840 cadáveres, de los cuales a casi 1.100 se les pudo dar nombre y apellidos gracias al trabajo realizado por los cuerpos policiales, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) y los Institutos de Medicina Legal. y Ciencias Forenses, ambas dependientes del Ministerio de Justicia. Si bien el trabajo de estas instituciones no siempre es fructífero en este sentido, ya que El 41,20% del total de cadáveres y restos humanos encontrados en los últimos diez años no fueron identificados, tal como lo indica el informe que publica anualmente la CNDES.

Uno de los principales encargados de identificar cadáveres y restos humanos es el INTCF. El instituto, dependiente del departamento de Pilar Llop, tiene la función de laboratorio central al que llegan las solicitudes de identificación de los Institutos de Medicina Legal del país que previamente han realizado las autopsias.

Antonio Alonso, director del INTCF, explica que, tras recibir estas solicitudes, realizan un primer estudio en el que se detallan características como la altura o la edad. Posteriormente, el departamento de biología analiza el material genético y determinar el ADN del cadáver para compararlo en las bases de datos existentes. Cuando después de esta comparación no aparece ninguna coincidencia, el cadáver permanece sin identificar. A partir de ese momento “nadie se da por vencido”, subraya Alonso. Y las muestras de ADN permanecerán en los bancos de datos para siempre, por lo que el caso no está cerrado, sino que permanece abierto.

Si el análisis se centra en los hallazgos de 2022 en relación con el lugar donde ocurrieron, Se observa que la mayoría se produce en las regiones mediterráneas. De hecho, el 75% de los cuerpos y restos humanos que hoy no cuentan con identificación han sido encontrados en seis ciudades costeras de esta zona. Todos ellos pertenecen a posibles inmigrantes, afirma el Ministerio de Justicia en respuesta al diputado Jon Iarritu, del grupo parlamentario EH Bildu.

Ante esta situación, que no sólo se da en España, sino que también es común en todos los países de la Unión Europea, el Comité Internacional de la Cruz Roja ha un proyecto que busca identificar a las personas que murieron en la ruta migratoria, a través de “testimonios, herramientas y el recuento de personas que viajaron en cada embarcación”, según su sitio web. El pasado verano, la filial española de la organización comenzó a implementar el servicio en el sur peninsular y Levante, las zonas más afectadas por este tipo de circunstancias.

Sin embargo, la CNDES destaca que “No es posible establecer con certeza una única causa, pero sí múltiples factores” en cuanto a las regiones donde se encontraron los cadáveres, así como al perfil de los no identificados, ya que a diferencia de las personas desaparecidas, “no se dispone de información concreta y precisa para poder elaborarlo”, explica el Centro.

En la misma línea, y aunque el documento de Interior no desglosa el número de identificaciones realizadas por lugar de hallazgo, este diario ha preguntado al director del INTCF sobre las dificultades para identificar cadáveres o restos encontrados en el agua, que suponen casi el 40%. Alonso explica que dependen de las condiciones de humedad, salinidad, temperatura o del tiempo que llevan sumergidos.

Pese a los avances científicos, otra situación en la que esta tarea se complica es cuando los cadáveres son enterrados, como ocurre con las fosas comunes de la Guerra Civil. Los más de ochenta años transcurridos desde el fin de la guerra no pueden luchar contra la ciencia, pero sí la inexistencia de material genético de familiares, que en muchos casos no han presentado ninguna solicitud de identificación y, por tanto, no se puede comparar su ADN. recogido. De lo contrario, normalmente no es asífalta común de comparación con respecto a hallazgos relacionados con un acto criminalya que la Policía siempre ofrece a los familiares de los desaparecidos la posibilidad de dejar una muestra genética para poder cruzarla con otras que luego puedan ser incluidas en el Sistema PDyRH.

Una vez conocidos los motivos y posibles fenómenos relacionados con la imposibilidad de identificación: ¿Adónde van estos cuerpos? Desde el INTCF explican que Estos permanecen en las morgues de los Institutos de Medicina Legal durante mucho tiempo hasta que el Juzgado de Instrucción da la orden de inhumación en cementerios comunes… aunque sin nombre en la lápida.

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