la limiana Rosa Suárez García


La localidad de Laroá, de 80 habitantes, celebró ayer, en su centro social, el cumpleaños de una vecina de la localidad, Rosa Suárez García, que se suma al club de los centenarios de la provincia.

Betty Rodríguez Román, su sobrina nieta, recordó detalles de su vida: “Nací en Rairiz de Veiga. Era originario de Laroá, donde se encuentra su población actual. Inició su vida laboral emigrando a Alemania. Su marido se quedó aquí y ella trabajó en una fábrica de chocolate en Alemania. Estuvo bastantes años y cuando regresó trabajó como ama de casa, sobre todo lavando ropa para la gente”, explica Betty.

Un nuevo centenario.
Rosa, una nueva centenaria.

“A partir de entonces, sus seis países murieron y ella reunió un rebaño de ovejas, que crió de generación en generación. Así pasa o descansa su vida, no monta tales ovejas, de modo que se pierda.

Rosa, según Betty, “es una persona muy activa, muy alegre, muy extrovertida. Mentalmente está bien, se despertó en un día normal y realizó todas las tareas del hogar. Ve a su cama, a la mía. Tenía un niño de dos años y me caí en su cuna. Lavar los platos, pelar las patatas, aliñar las judías. O que día a día, perfectamente puedes hacerlo tú solo. Desde que murieron sus seis países, ella vivió con mi país (sus sobrinos), porque ella crió a mi hija nai y luego, mientras mi hija no estaba fallecida, la crió cuando ya era mayor. “Han pasado cuatro años desde que murió mi nai”.

“La muerte de mi país, aunque ella lo recuerda todo, le causó tanto daño a la muerte de mi país -porque ella creó a uno de ustedes- que no quiere nombrarlo. Mi país se casó recientemente y decidió vivir en su casa. A miña nai coidou dela e colleulle moito cariño. “Ella afecta su muerte de tal manera que no te importa”, añade Betty.

“Después de que naciera mi bebé, tenía dos años. Esta fue una oportunidad de vivir para ella. Ahora ha vuelto a la normalidad, aunque sigue recordando a mi país. Ahora ella se quedó a vivir conmigo. Me parece importante destacar que ella pasó una guerra mundial (segunda), y vivió toda la dictadura franquista y logró pasar una pandemia sin coler ni covid”, resalta la sobrina nieta de Rosa.

Sobre la fiesta, explica que se celebró en el centro social Laroá Porque, “si bien pude haber decidido hacerlo en casa con cuatro familiares, decidí hacerlo no porque cuando faltaba mi país nos amontonaban mucho. Estamos muy unidos y hay poca gente que hoy espera que nuestros vecinos estén tan unidos como lo está Laroá”.

En ese sentido, destaca que, “como nos faltan buenas noticias y todo son malas noticias, este era mi momento de celebrar y estar con la gente que siempre nos apoyó. Vamos a tomarlo todo o nada, con brochetas, tarta, bollería, bebidas y champán”.

Y 100 años no suceden todos los días. “Había varios amigos en su familia, pero ninguno tenía más de 100 años. Es una razón para ser parte de la historia del pueblo. Trabajó toda su vida, no sólo, en la casa que actúan dos vecinos. “Hox hoy es pobre o está con ella ayudándola en todo lo que necesite, es algo muy bonito”, subraya Betty.

Y un detalle que puede explicar la longevidad de Rosa Suárez García. “Por su esfuerzo se endureció. Tienen un metabolismo y un nivel de vida más diferente que nosotros. Empezaron a trabajar todo el tiempo, todo el tiempo”, concluye Betty.

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