Un incendio tras el que se escondía un parricidio y, tras él, un desahucio. Estos son, a priori, los ingredientes de un delito que llega a los tribunales esta semana. El acusado es hijo del fallecido.un hombre de 39 años que en ese momento planeó la muerte de su madre y –llegó a confesar– la suya propia, ante la inminente orden de desalojo de su piso, situado en la localidad coruñesa de Oroso. Según el fiscal del caso, que pide veinte años por el asesinato y doce por el incendio, el imputado “según un plan preestablecido y en horario indeterminado entre el 3 de junio de 2021 y las 9.30 horas de la mañana de El 4 de junio siguiente, aprovechando que su madre no podía defenderse porque se encontraba bajo los efectos narcolépticos de la ingesta de Lorazepam, la asfixió en la casa que compartían cuando estaba en su cama.
La misma acusación indica que Para cometer el crimen utilizó “un trozo de textil que se enrolló alrededor del cuello y apretó durante un largo periodo de tiempo hasta morir”. El imputado, según este relato, “tras acabar con la vida” de su madre y “para dificultar la posterior investigación y determinación de lo sucedido, procedió entre las 9.00 y las 9.30 horas del 4 de junio a “prender fuego a la casa común utilizando diversas sustancias acelerantes como etanol, aceites y otros productos químicos vertidos sobre las camas del hogar y sobre diferentes superficies textiles del hogar.”
Vecinos en peligro
«Este incendio se propagó por el inmueble afectando a la mayor parte del mismo y estuvo a punto de extenderse al resto del edificio residencial. “que estaban ocupados en ese momento y que no fueron afectados por la acción de los bomberos”, señala el escrito. Sin embargo, añade, “sus ocupantes fueron evacuados de sus apartamentos esa misma mañana”.
La Fiscalía considera que los hechos constituyen un delito de asesinato, por lo que solicita 20 años de prisión, así como una medida de libertad supervisada por el plazo de cinco años después de su cumplimiento, cuyo contenido se determinará en la ejecución de la pena; también inhabilitación absoluta mientras dure la pena. Por el delito de incendio intencional se enfrenta a 12 años de prisión e inhabilitación absoluta mientras dure la pena.
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