La Guerra de Yom Kippur comenzó con un ataque sorpresa de tropas sirias y egipcias a Israel el 6 de octubre de 1973, festividad religiosa de Yom Kippur, el día más sagrado de los judíos. Siria y Egipto pretendían recuperar en una ofensiva relámpago los territorios perdidos en la Guerra de los Seis Días, librada en junio de 1967. Pero la guerra duró tres semanas e Israel, con ayuda internacional, derrotó a sus adversarios árabes.
La medida punitiva de los países productores de petróleo y la progresiva reducción de la producción de crudo en un 25%, provocaron que el precio del petróleo subiera dramáticamente. El precio del barril aumentó un 300% en cinco meses. La inflación desaceleró el crecimiento de muchas economías occidentales y el desempleo aumentó.
Los gobiernos establecieron medidas, a veces muy impopulares, para aliviar la crisis. Afectó tanto a empresas como a particulares, muchos ciudadanos se vieron obligados a apagar antes las luces o no coger el coche. Nixon pidió a las gasolineras que no vendieran gasolina los sábados o domingos por la noche, y se impusieron restricciones de repostaje en función de si la matrícula del vehículo era par o impar. En los Países Bajos se decretó la prohibición de conducir los domingos; y en el Reino Unido se limitó a tres el número de días semanales de consumo de electricidad.
Como consecuencia de esta crisis energética, algunos países adelantaron sus relojes para aprovechar la luz solar y así reducir el consumo eléctrico.
El embargo duró seis meses y fue levantado en marzo de 1974.. No fue la única crisis petrolera de esa década, en 1979 ocurrió otra. Ambas precedieron a dos recesiones profundas.