Alumnos de un instituto de Vigo transforman un contenedor en un ambulatorio autosuficiente energéticamente


Hace cuatro años, Pedro García, catedrático de Soldadura y Calderería y Estructuras del Centro Integrado de Formación Profesional Valentín Paz Andrade de Vigo, tuvo una idea en la que implicaría a prácticamente todo el centro.: transformar un contenedor de carga portuario en un centro de salud móvil para entregarlo al ONG Salud para África.

“Nos pareció interesante ayudar a esta ONG que se dedica a ayudar a mujeres y niños. Descubrimos las necesidades que tenían de ofrecer un espacio más higienizado para atender a mujeres embarazadas y niños y diseñamos este espacio preparado para ser móvil. aunque la ONG espera ubicarlo en una localidad céntrica de Senegal, con buenos accesos, para abarcar todos los pueblos cercanos”, explica.

Esta transformación ha contado con la participación de un centenar de estudiantes y una docena de profesores de Paz Andrade, pero también con la ayuda de numerosas empresas colaboradoras. La primera fue Comarsa, que donó el contenedor. “Tiene seis metros de largo y se despliega en una superficie de entre 30 y 40 metros cuadrados”, explica Ubaldo Costas, uno de los profesores que coordina el proyecto.

El proyecto se lanzó en 2019.

Muchos estudiantes han pasado por este proyecto desde que se puso en marcha en 2019. “El Covid nos pilló con todo recién montado y ralentizó mucho el ritmo”, nos cuenta Pedro. Pero ese ritmo lo han recuperado alumnos de todas las familias profesionales que imparten clases en este centro vigués, como Noelia. Está terminando sus estudios superiores en carpintería. Su trabajo ha consistido en “el diseño de la cocina e instalación del pavimento”. Asegura que lo mejor de participar en este proyecto es “la unión que se ha creado entre estudiantes y docentes de todas las ramas, porque aquí aprendemos a valorar el trabajo de compañeros de otras especialidades”. Joel proviene del ciclo superior de construcciones metálicas y coincide con Noelia: “hemos aprendido a tener iniciativa, a resolver los problemas que surgen en el día a día, en cada tarea, y a trabajar en equipo con un objetivo solidario; todo es siendo muy enriquecedor”.

“Ahora estamos preparados al 90%, pero hemos ido un poco más allá”, explica Pedro, quien revela que “queremos dar un paso más y hacer que esta pequeña clínica sea autosuficiente energéticamente”. Para ello, nos cuenta, tendrán que instalar “paneles fotovoltaicos y un sistema de aire acondicionado que les permitirá tener una mejor calidad de atención a los usuarios”. y el tira un llamado a las empresas que quieran ayudar en este paso casi final. Porque el último paso será pintar. “Un compañero del ciclo de automoción realizará unas pintadas en el exterior del contenedor con una imagen emblemática de Vigo para darle un poco de color y alegría a este pequeño centro de salud”.

Fabricación mecánica, Instalación y mantenimiento, Madera y mueble, Energía y agua y Transporte y mantenimiento son las familias profesionales que conviven en este centro de formación profesional y han llevado a cabo esta transformación solidaria. “Esperamos, con muchas ganas e ilusión, poder terminarlo y entregarlo antes del verano”, afirma Pedro.

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