A media tarde del lunes, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, cogió el teléfono para llamar al embajador de Israel en España. Un choque diplomático se había desatado tras el pronunciamiento de la embajada contra las “declaraciones inmorales” de algunos ministros -en referencia a las de Sumar y Podemos, sin citarlas expresamente-, señalando que “determinados elementos dentro del Gobierno español han optado por alinearse con este terrorismo tipo ISIS”. Albares dijo a Rodica Radian-Gordon que consideraba la declaración un “gesto poco amistoso” y que habría una respuesta. El Gobierno, que habla de un “incidente puntual”, da por zanjado el enfrentamiento y busca minimizar los daños desautorizando las “opiniones” de los ministros del socio minoritario.
“La política exterior la marca el presidente del Gobierno y el ministro de Asuntos Exteriores”, ha afirmado Albares en un intento de restar importancia a las posiciones que vienen expresando miembros de Podemos y Sumar. Este mismo martes, la ministra de Derechos Sociales en funciones, Ione Belarra, afirmó en una entrevista en Radio Cataluña: “Hablo en nombre del Gobierno de España y en nombre de mi partido, como me corresponde por el cargo que ocupo. ”
“Uno no viene a la sala de prensa del Consejo de Ministros a comentar opiniones, sino a explicar políticas. Y la política del Gobierno de España en la crisis de Oriente Medio es muy clara. Cada ministro tiene nuestro perímetro y gestiona unas determinadas políticas “En política exterior sólo hay dos voces autorizadas: la del presidente del Gobierno y la del ministro de Asuntos Exteriores”, fue la aclaración de Albares, restando importancia a las “opiniones” de Belarra.