El juez presidente del Juzgado de Instrucción número 2 de Ferrol ha enviado a prisión a Roger Serafón RV, un vecino de Narón de 49 años detenido el pasado martes por matar y violar a Elisa Abruedo hace diez años en un paraje de la localidad corueña de Cabanas . .
Según ha confirmado el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), la jueza ha acordado este jueves por la tarde prisión provisional sin fianza para el detenido, al que mantiene investigado por los delitos de homicidio/asesinato (que se definirán más adelante). durante toda la instrucción) y agresión sexual por los hechos del año 2013.
El detenido pasó los dos últimos días en las instalaciones de la Guardia Civil y, según diversas fuentes, los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) llevaron a cabo extensos interrogatorios que se prolongaron hasta altas horas de la madrugada. Finalmente confesó ser el autor de los hechos y este jueves, durante la mañana, fue puesto a disposición de la justicia.
El caso permanece bajo secreto de sumario, pero EL MUNDO ha podido saber que los agentes consiguieron dar con el sospechoso, tras diez años de investigaciones, siguiendo la pista de un vehículo Citron ZX y la prueba de ADN de un familiar del detenido, además gracias a la pericia de un perito forense, quien determinó que el asesino era pelirrojo.
La investigación fue iniciada por el grupo de Homicidios de la Guardia Civil de A Coruña y hace un año se sumó la UCO de Madrid, que asumió la parte final de las investigaciones. Desde hace un tiempo, los investigadores eran conscientes de que el ADN sería crucial para esclarecer el crimen, ya que Elisa fue asesinada y violada en una zona boscosa de Cabañas sin ningún testigo y la única prueba concluyente que existía era que el asesino dejó restos biológicos en su cuerpo violándola.
A partir de este rastro genético, la Guardia Civil inició la investigación con una lista de sospechosos con antecedentes, pero todos dieron negativo en las pruebas de ADN, por lo que realizaron pruebas a los vecinos de la zona y acabaron organizando un operativo masivo y aleatorio. poner en pantalla. y se ofreció como voluntario en todos los municipios circundantes para intentar encontrar cualquier pista que condujera hasta el sospechoso o su familia.
El detenido no se sometió a las pruebas voluntarias, pero sí un familiar, los restos biológicos encontrados en Elisa Abruedo fueron cruzados con este ADN y resultó ser compatible, concluyendo los investigadores que el sospechoso era familiar de quien proporcionó el ADN. .
Con ese ADN, y la información de que el sospechoso era concluyente, la Guardia Civil pudo tirar del hilo de una pista que tenían al principio, pero que les había llevado a nada. Un testigo afirmó haber visto un Citron ZX la tarde del crimen y resulta que el sospechoso conducía esa misma marca y modelo de vehículo.
Cuando fue asesinada, Elisa Abruedo tenía 46 años, estaba casada, tenía dos hijos y trabajaba cuidando personas mayores de la zona. Adrián y Álvaro Fernández Abruedo, sus hijos, mantuvieron abierta la lucha para localizar al asesino de su madre después de que su padre y marido de la víctima, Manuel Fernández Martínez, muriera un año y medio después de que su madre, en 2015, en un accidente. trabajando en el muelle de A Graa, en el Arsenal Militar de Ferrol, cuando le cayó encima parte de la carga de un camión. Posteriormente lo haría otro pilar fundamental de la familia: el abuelo.
Elisa salió a pasear el domingo 1 de septiembre por la tarde por el pueblo donde vivía, Lavandeira, en la parroquia de Soaserra, y aunque habitualmente lo hacía con su marido, esa tarde él había ido a un funeral y ella decidió salir solo. Ella nunca regresó, porque se encontró con su asesino a pocos metros de su casa. Su familia denunció su desaparición esa misma tarde y se realizaron labores de búsqueda hasta que su cuerpo apareció al día siguiente entre unas zarzas a 500 metros de su domicilio. La autopsia reveló que fue violada y asesinada a puñaladas, con tres puñaladas.