el lugar es austero, pues corresponde a un local destinado principalmente al servicio de alimentación y cafetería de los trabajadores del citado puerto y zonas aledañas en horario de seis de la mañana a seis de la tarde. Pero a la vez tiene ese toque familiar que lo hace agradable. Hay una menú del día por 11,50 euros y tapas y platos a la carta (bacalao, picaña, sepia en su tinta, calamares…). Probé el menú que anuncian todos los días en su página de Facebook. Elegí un guiso salteado y un lenguado a la plancha (sí, lenguado en carta. No era solla ni coreana ni sus parientes. Lo podéis ver en la foto). A comida realmente saludable y lo celebré tomándome un flan muy bien hecho. De hecho, muy buenos tanto los de huevo como los de café, los dos postres caseros que comieron este jueves. Abierto todos los días, excepto los domingos. Los sábados, ahora en temporada, han cocinado comida.
Me sentí muy cómodo y muy bien atendido, porque la sobriedad del lugar no quita que el servicio no sea amable y te brindan un trato familiar y muy competente. Volveré otro día para probar alguna de sus especialidades.