Los Casuals, la facción más violenta del Boixos Nois, que ha mutado de gamberrismo hacia una rama del crimen, extorsionaba a dueños de locales nocturnos para que los contrataran como guardias de seguridad en discotecas. De esta forma, la organización pretendía abrir nuevas líneas de negocio que facturaban a través de diversas empresas que servían para lavar dinero de otras actividades como el narcotráfico. Así aparece en un informe de los Mossos d’Esquadra que forma parte de la abundante causa judicial a la que ha tenido acceso la vanguardia y que se mantiene abierto contra este grupo por homicidio, secuestro, narcotráfico, amenazas, lesiones, extorsión, desórdenes públicos en el ámbito del deporte y organización criminal.
En las últimas semanas, tanto los Mossos d’Esquadra como la Policía Nacional han desplegado varios operativos que se han saldado con la detención de 46 personas vinculadas a los Casuals, en lo que ha supuesto un duro golpe contra la organización que había resurgido tras su desmantelamiento en 2009 con la liberación de su líder, Ricardo Mateo –apodado el káiser – el único que la policía aún no ha localizado.
“No somos un hobby, somos delincuentes”, dice un miembro de los ultras en un audio
En el caso del ocio nocturno, los Mossos señalan que los Casuals querían asumir las funciones de seguridad de algunas discotecas y lo intentaron intimidando y provocando altercados y actuaciones violentas en los locales. La comisión de estos actos corre de boca en boca entre el sector del ocio nocturno, creando una “intimidación subjetiva” que incita al propietario a desistir y acabar contratando a estas personas para evitar problemas graves que perjudiquen la facturación en el futuro, apuntan los Mossos.
El primer gran incidente tuvo lugar el 4 de octubre de 2022. Sobre las dos de la madrugada, un grupo de al menos 40 personas se presentó en las inmediaciones de la discoteca Shoko de Barcelona. “Estaban vestidos de negro y se cubrían la cara con un pasamontañas”. Los Mossos aparecieron en la zona y los integrantes del grupo se dieron a la fuga salvo tres de ellos, que fueron detenidos. Se incautaron armas prohibidas: manoplas, navajas y cuchillos.
Otro incidente similar tuvo lugar en la discoteca Pachá de Barcelona el 14 de noviembre. Un grupo de entre siete y ocho boixos nois se enfrentó a los clientes del local. En mayo hubo un incidente en La Daurada de Vilanova i la Geltrú; y los días 1 y 8 de agosto, en Pachito de Sitges y en el White Sisha Lounge de Barcelona.
Las violentas acciones de presión contra el dueño del local fueron protagonizadas, según la policía, por los jóvenes integrantes de los Boixos Nois, conocidos como ‘cachorros’, ‘pequeños’ o ‘minis’, aunque terminaron trabajando. en la seguridad del local están los miembros mayores de los Casuals. Los Boixos siguen existiendo a pesar de que tienen prohibido entrar en el Camp Nou, pero ayuda a los Casuals a reclutar nuevos socios. Se organizan mítines con el pretexto de los partidos del Barça, y una vez reclutados se dedican a otras actividades de extorsión, tráfico de drogas o incluso delitos.
Las indicaciones que dan los Boixo a sus nuevos integrantes es que deben ir al gimnasio y tomar anabólicos. Tienen que hacer ensayos de guerrilla urbana, no hablar en la comisaría en caso de ser detenidos y no hablar nada por teléfono. Además, precisan que no pedirán sobres a consecuencia de extorsiones ni se darán palizas sin consultar previamente con los superiores. En uno de los mensajes a los Casuals, uno de los jóvenes miembros felicitaba el cumpleaños de Paco, el Gordo , el líder de la organización, quien ahora se encuentra en prisión preventiva. “Por muchos años más juntos y poder seguir extorsionando a tu lado”, escribió.
En otro audio interceptado por la policía, uno de los ultras envió un mensaje a las Brigadas Azul y Blanco en el que le decían: “No somos un aficionado como ustedes, somos delincuentes”.
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