el plan del Ayuntamiento de Cabezón de la Sal para proteger su bosque más popular


Él turismo de naturaleza Es muy apreciado por muchos y uno de los campos en los que España tiene un enorme potencial. Nuestro país, tanto en el norte como en el sur y en sus islas, cuenta con preciosas calas y playas pero también frondosos bosques y sierras que lo convierten en un destino obligado para los amantes de las actividades al aire libre.

El hecho de que con la pandemia y el confinamiento muchos ciudadanos se volcaran hacia el turismo local ha provocado que muchos regiones o planes están más de moda que hace unos años, cuando muchos siempre intentaban viajar al extranjero. Y esto ha provocado que algunas zonas estén cada vez más superpobladas. En Cataluña, por ejemplo, cada vez se establecen más controles y limitaciones a los visitantes de los parques naturales.

Otras zonas también están viviendo momentos similares y por ello se están lanzando campañas en la misma línea. El anunciado recientemente por el Ayuntamiento de Cabezón de la Sal, en Cantabriaen su bosque de secuoyas no ha dejado indiferente a nadie.

zona concurrida

El pueblo tiene una parcela de unas 2,5 hectáreas donde en los años 1940 se plantaron secuoyas, considerados los árboles más grandes del mundo, que proceden de Estados Unidos y no tienen en absoluto su hábitat nativo en Cantabria. Se encuentra en una zona del Monte de las Navas y sorprende a muchos por el hecho de que se encuentra cerca de la costa y por todo ello es un Espacio Natural Protegido de Cantabria, declarado Monumento Natural, y también incluido en el Red de Espacios Naturales Protegidos. de Cantabria.

Su 848 copias, con una altura media de 36 metros según el Gobierno regional, se puede visitar gracias a un relajado recorrido circular de unos dos kilómetros y de fácil acceso. Es, sin duda, un plan perfecto para cualquier fin de semana, por lo que la zona se ha masificado hasta el punto de haber recibido, en lo que va de año, cerca de 200.000 visitantes al año. Se han popularizado las imágenes de personas abrazadas a sus baúles hasta el punto de que el Ayuntamiento de Cabezón de la Sal ha pedido acabar con esta práctica.

El motivo es que, como defienden, tanta presión pone en peligro la salud de estos árboles, con su corteza pelada y raíces visibles que son pisoteadas por todos aquellos que buscan su foto para Instagram. “Los árboles se están debilitando porque la gente los abraza, degrada su corteza y algunos hasta se llevan pedazos de souvenirs”, denunció recientemente el alcalde del municipio, Óscar López.

«Los abrazamos para dales amor “Y realmente lo que hemos hecho en los últimos años ha sido matarlos”, apuntaba días atrás en el canal Ser, donde lamentaba que las raíces de los árboles ya son muy visibles. Entre sus planes está acabar con la abrazo de las secuoyas que muchos priorizan cuando se encuentran en este enclave natural.

En la práctica, ÉLrecomienda no tocar los árboles aunque no existe una prohibición expresa, algo que el consistorio no ve útil ya que, sin vigilancia, es difícil garantizar que no sean tocados. Ahora, el equipo de gobierno estudia cómo frenar tanta masificación: cobrar un billete de acceso al bosque para ganar dinero y contratar seguridad, ampliar la pasarela para que la gente no se acerque tanto a los árboles o limitar el acceso está sobre la mesa.

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