«Georgius Manrique Toletanus’


Hay poetas brillantes que escriben poemas redondos, es decir, definitivos, perfectos, que no admiten dudas, que no titubean en una estrofa ni se quiebran en un verso, claros, contundentes, definitivos, cuya influencia y belleza casi nadie discute. Sólo hace falta escribir un poema así para que el poeta merezca el título de grande, y quizás sólo deberíamos agradecerle el resto de su producción por haberlo conducido hasta ello, pero os aseguro que habrá valido la pena. ello: por la capacidad, por el legado, por la comunión, por el bien de la humanidad. Uno de los poemas que con ese impresionante aspecto transfronterizo nos ha dado la producción literaria española, son los Coplas por la muerte de su padrede Jorge Manrique, situada a finales de la Edad Media, el agitado siglo XV. Algo tan colosal sólo está escrito desde un laberinto emocional en el que sólo hay una salida para el poeta: la honestidad, la verdad, la percepción, la sabiduría.

El Coplas Las manriqueñas se han publicado profusamente, cantadas, disertadas, versionadas, pero destaco una publicación reciente, Coplas por la muerte de su padrecon la firma de Antonio Lázaroen el texto y de la dominicana y santiago Geo Ripley en las ilustraciones, publicado también en Toledo (Universo Oculto Ediciones, 2023), porque es una muestra más de la poderosa proyección internacional de nuestra lengua y literatura a la que ha dado lugar el excepcional cancionero. Antonio Lázaro, escritor e investigador manriqueño nacido en Cuenca, Suele centrar sus investigaciones en las localizaciones conquenses del poeta. (Guía del Triángulo Manriqueño) pero siempre valorando el peso de Toledo en su vida y en su obra. Y efectivamente es así, como lo demuestra el título de ‘toletanus’ (sin serlo) que otorga a Jorge Manrique al pintor dionisio de santiagoautor del Galería de toledanos ilustres perteneciente a la colección particular del cardenal Lorenzana (1722-1804) en el único retrato ‘imaginado’ que se conserva del poeta, y que alberga la Biblioteca de Castilla-La Mancha.

Contextualizando, Jorge Manrique (1440-1479) fue un caballero perteneciente a una importante familia de la alta nobleza castellana, los Manrique. Fue un período de transición de la Edad Media al Renacimiento, en el que los nobles luchaban por las prerrogativas de las que habían disfrutado durante la Edad Media y que el poder real quería controlar, mientras los reyes buscaban la expansión -contra o con- el otros reyes. , en busca de una hegemonía que les permitiera cambiar las cosas a su favor sin respuestas o mediante métodos y alianzas que ahora nos parecerían espurias: engaños, matrimonios endogámicos, autonombramientos, proclamación de bastardos, guerras fratricidas, usurpaciones, intrigas. , conspiraciones, envenenamientos…- y provocando costosas guerras que devastaron y endeudaron a la población y que se sumaron a las plagas y hambrunas por malas cosechas que ya la agobiaban. Pero los nobles también luchaban entre ellos o con los reyes y sus sirvientes. Como hizo la Iglesia con los puestos de conveniencia. Los motivos de todos ellos, con la política como pretexto, el poder y la riqueza.

Y específicamente, Jorge Manrique vivió durante los reinados de Juan II de Castilla (1406-1454), Enrique IV (1454-1474) e Isabel I de Castilla (1474-1504). Una época marcada por Guerra de Sucesión Castellana (1475-1479) entre los partidarios de Isabel, media hermana de Enrique, y los partidarios de su “supuesta” hija, Juana la Beltraneja, ya que lo apodaron ‘el impotente’ (Beltrán era su partidario). Isabel, molestando a su medio hermano, su rey, que quería unirla con Alfonso de Portugal, Se había casado en secreto con su primo Fernando de Aragón.. En medio de todo, la influyente y controvertida figura del cardenal y arzobispo de Toledo, Alonso Carrillo. Las órdenes militares eran entonces un instrumento político entre reyes y prelados. Los Manrique pertenecían a la de Santiago, luchaban por sus intereses contra los de Juan II y Enrique IV y eran fieles servidores de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.

Columnas de un patio perteneciente a una de las dos casas señoriales de la Orden de Santiago en Ocaña, únicos restos que quedan de la fortaleza de Santiago en esa localidad

Tal vez La primera conexión de Jorge Manrique con localidades de Toledo Tiene más que ver con la poesía que con la milicia. Alrededor de 1458, un grupo de intelectuales que buscaban su patrocinio y objetivos políticos. Un miembro destacado fue el poeta y dramaturgo. Gómez Manrique, tío paterno de Jorge Manrique. Ambos fueron guías y referentes para el poeta del Coplas, su padre como soldado y su tío como poeta. Unos años más tarde, en 1467, el obispo, en un encuentro con don Rodrigo Manrique (1406-1476), conde de Paredes de Nava, Diseñó la boda secreta entre Isabel y su primo Fernando. lo que daría lugar a la unión de los reinos de Castilla y Aragón y la configuración territorial de la actual España. Bueno, esa reunión se llevó a cabo. en la localidad toledana de Yepes.

Otro hecho que vinculó al poeta con Toledo fue el matrimonio de su padre., Rodrigo Manrique, en 1469, en su tercer matrimonio con Elvira de Castañeda, hija del rico Pedro López de Ayala, conde de Fuensalida, alcalde de Toledo, y gobernador de sus fortalezas, puertas y puentes, dueño de la villa de Fuensalida , del Palacio de Fuensalida en Toledo y del Castillo de Guadamur, con quien tuvo tres hijos, los Manrique de Ayala. Al año siguiente, fue Jorge Manrique se casó con Guiomar, la hermana pequeña de Elvira de Castañeda.. Madrastra y esposa aportaron juntas tres millones de maravedíes como dotes que se consumieron en las acciones militares de don Rodrigo. Matrimonios arreglados, el poeta escribió poemas de amor educados, formulados e insípidos a su esposa y un poema satírico a su madrastra. Guiomar tuvo dos hijos del poeta, Luis y Luisa, pero él la acusó en su testamento de irascible y de mal carácter. Ese mismo año, Jorge Manrique tuvo una exitosa actuación en la Batalla de Ajofrín, lo que hizo que su nombre apareciera por primera vez en las crónicas. Luchaba contra Juan de Valenzuela, defensor de Enrique IV en la Guerra de Sucesión Castellana, que quería usurpar el priorato de San Juan al primo del poeta, Álvaro de Estúñiga, en la zona hoy conocida como El Olivar de la Batalla.

Pero la localidad toledana más importante en la vida de jorge manrique era ocana, ya que aquí ocurrió un hecho que motivó la impresionante colección de sus coplas. En 1474, su padre, tras haber tomado la villa de Ocaña para la Orden de Santiago junto con su hijo Jorge Manrique, Asiste al capítulo general de los Caballeros de Santiago donde es nombrado maestro.. Rodrigo Manrique se instaló en 1476 en Ocaña, que era entonces la mayor encomienda de la Orden en Castilla, y allí redactó su testamento, aquejado de un cáncer facial que literalmente le devoraba la cara. Murió meses después, rodeado de sus hijos y sus sirvientes, pidiendo a su primogénito, Pedro Manrique, que aceptara a los hijos de Elvira de Castañeda. Ese mismo año se establecen las bases de la Santa Nueva Cofradía, reorganizada por los Reyes Católicos para luchar contra la delincuencia en las zonas rurales y como institución militar, que sería la antecesora de lo que hoy es la Guardia Civil. De las 12 compañías o capitanías, Jorge Manrique se adjudicó la V, la de Toledo. La Posada de la Hermandad de Toledo fue, en aquel momento, casa, cárcel y sede de la organización.

Mapa de la provincia de Castilla de la orden, destacando las localidades de Toledo, incluido en el libro ‘Ocaña, Villa y Encomienda de la Orden Militar de Santiago’

Otro hecho significativo tuvo lugar un año después, cuando su tío Gómez Manriquecon quien pasó largas temporadas, Fue nombrado por la reina Isabel corregidor de Toledo.. Así lo refleja la lista de alcaldes elaborada por el archivo municipal, que comienza en el siglo XV: Gómez Manrique de Castilla, señor de Villazopeque y Cordobilla. Guardián de los Alcázares. Del Concilio de HM (1477-1490). ÉlNos dejó unos versos por el buen gobierno en el Ayuntamiento todavía válido: «Por los derechos comunes, dejad los particulares: porque si Dios nos ha construido columnas con tan ricos techos, estad firmes y erguidos.»

Jorge Manrique era un buen soldado. Como capitán de la Santa Hermandad de Toledo En 1478 se le encomendó hostigar al marquesado de Villenaun noble que se había alineado con Carrillo y el rey de Portugal contra los Reyes Católicos, y en esa compañía Perdió la vida un año después.. Pero fue mejor poeta, porque lo cruel e inesperado Muerte en Ocaña de Don Rodrigoun hombre famoso curtido en mil batallas, un “hombre claro de Castilla”, el I Conde de Paredes de Nava, Condestable de Castilla y Gran Maestre de la Orden de Santiago, impresionó tanto a su hijo que le escribió una de las elegías más bellas de la literatura española, en la que le homenajeó y mostró su dolor profundo bajo un prisma marcadamente existencial eso nos concierne a todos.

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