DOP Azafrán de La Mancha, una nueva prueba de subsistencia


Después de tres años continuos de drástico descenso de los rendimientos (kilogramos/hectárea), y en un escenario de climatología desfavorable por las altas temperaturas de este otoño y la falta de lluvias, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Azafrán de La Mancha afronta el año 2023 la cosecha como nueva prueba de subsistencia del cultivo.

Un año más, la incertidumbre y el miedo a que la producción vuelva a caer marcan el inicio de una campaña que llega tarde, y en la que, de momento, se han inscrito 176 productores, un 34% menos que el año anterior, con 90,4 hectáreas de superficie cultivadaen comparación con 105 el año pasado.

Cabe recordar que la cosecha de 2022 en la zona de producción de la Denominación de Origen Protegida Azafrán de La Mancha finalizó con 462,15 kilos recogidosUn 21,75% inferior a la producción media del periodo 2013-2021, que se sitúa en 583,87 kilos.

Y, desde 2018, en el que se produjo una cosecha récord en la zona de producción de Azafrán de La Mancha, con 903,7 kilos recogidos, la producción ha ido descendiendo progresivamente, 606,5 kilos en 2019, 451 kilos en 2020 y 346,8 en 2021.

Estos son los datos que los miembros del Patronato del Consejo Regulador han analizado en su última reunión previa al inicio de la campaña y en la que también han hablado de la dificilísima situación, a nivel económico, que atraviesa el CRDO. que atraviesa, también provocado por la caída de la producción.

El temor es que si esta campaña terminara con una cifra como la registrada en 2021, la capacidad de acción del Consejo se vería reducida al mínimo, ya que las cuotas de productores y envasadores dependen de la producción total de cada año, única fuente de ingresos para la gestión e infraestructura de esta organización.

Garantizar el futuro del cultivo

En este sentido, los patronos han vuelto a resaltar la necesidad de tomar medidas para garantizar el futuro del cultivo en general y de la marca de calidad diferenciada Azafrán de La Mancha que gestiona la Fundación, en particular, a través de un plan específico dotado del apoyo económico necesario. , lo que permite frenar la caída de la producción y su recuperación en el menor tiempo posible.

La presidenta de la Denominación de Origen, Valentina Cabra Carrasco, ha asegurado que para mantener vivo el cultivo hay que afrontar los graves problemas estructurales que se arrastran desde hace muchos años, muy agravados por el cambio climático: la ausencia de un mercado para los certificados cormos, la mínima mecanización de los procesos y la alta demanda de mano de obra.

Los patronos de la DOP después de su reunión

En este sentido, ha recordado estas amenazas históricas: disminución progresiva de la superficie dedicada a su producción, incluida su extinción en regiones donde su presencia era característica; importaciones masivas de azafrán de otros orígenes; alta demanda de mano de obra acompañada de una mínima mecanización del cultivo y del proceso de transformación (pelado y tostado); pequeño tamaño de las parcelas; la limitada integración de los productores en los sistemas de comercialización nacionales e internacionales, y el carácter social y familiar de este cultivo.

Finalmente, ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de que el Consejo Regulador y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural establezcan vías de colaboración que impulsen el crecimiento ordenado del sector y el relevo generacional ya que sólo así se podrá evitar la extinción. evitado. de un cultivo que es una actividad económica, pero también parte del patrimonio inmaterial de Castilla-La Mancha.

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