así cayó el banco oculto de los narcos


Una tienda de pieles en el barrio chino de Milán llamó la atención de la Guardia di Finanza, el cuerpo militar italiano que actúa como policía judicial. “Era una pequeña peletería a la que entraba mucha gente, pero nadie compraba nada”, afirma el teniente del grupo operativo antidrogas, Giorgio Targa. Siempre había hombres cargando una maleta, pero nunca salían con un bolso o una chaqueta, nada. Incluso durante el confinamiento, el tráfico de clientes continuó. Los agentes montaron puntos de vigilancia e identificaron a la presunta clientela. “Todos eran narcotraficantes”, revela. La tienda, regentada por ciudadanos chinos, sirvió como banco para organizaciones criminales. Los narcotraficantes pagaban sus facturas o las recogían en el mismo punto sin tener que enviar el dinero a ningún punto a pesar de que la droga y su transporte habían viajado desde Marruecos hasta el norte de Italia, haciendo escala en Barcelona para su transporte.

La Guardia di Finanza camufló cámaras de vigilancia y micrófonos dentro de la fábrica de pieles. En sólo seis meses, los chinos movieron 26 millones de euros. En el operativo policial que siguió a ese hallazgo, los agentes intervinieron en una libreta donde estaban anotadas las operaciones y descubrieron varias tarjetas de visita de tiendas de ropa y restaurantes chinos de Badalona. Ese fue el hallazgo que dio lugar a la mayor operación internacional de la historia de los Mossos d’Esquadra, que se saldó con la detención el 17 de octubre de 78 personas, 20 en Cataluña y 58 en Italia, y en la que se incautaron más. de 716.000 euros en efectivo y 1,2 toneladas de hachís.

El banco oculto de origen chino movió 26 millones de euros en seis meses

Con la investigación de un falso secuestro de un ciudadano italiano se establecieron los primeros contactos entre los Mossos y la Guardia di Finanza. Aquellas investigaciones que finalmente quedaron en nada ayudaron a la policía italiana a informar a la policía catalana de la existencia de una organización de narcotráfico muy importante con sede en Cataluña. Gracias a ello, la policía catalana encontró una explicación a un hecho sospechoso que había quedado en nada. Durante el confinamiento interceptaron en Badalona a un italiano que había salido a la calle sin permiso. En su mochila encontraron 300.000 euros en efectivo. El caso había sido archivado por el tribunal pero tras informaciones de los italianos pudieron identificarlo como uno de los líderes de una organización dedicada al narcotráfico. La mayoría de las personas que se asentaron en Cataluña tenían un nivel de vida alto, vivían en viviendas de alto nivel, no tenían ninguna actividad conocida y llevaban un estilo de vida importante”, subraya el jefe del área central de crimen organizado, Antoni Salleras. Los italianos se encargaban de gestionar los envíos de hachís procedentes de Marruecos, los almacenaban en dos naves industriales en Abrera y Sant Fost de Campsentelles y luego escondían la mercancía en las cabezas tractoras de los camiones que transportaban hasta Milán.

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El jefe del Área Central de Crimen Organizado de los Mossos, el inspector Antoni Salleras, y el capitán Giuseppe Macaluso, del Grupo Operativo Antidrogas de la Guardia di Finanza, en una rueda de prensa

María Aladern / ACN

Fei Chien, un sistema opaco para trasladar sin levantar sospechas

Las investigaciones sobre esta organización, además de rastrear el camino que seguía la droga, permitieron descubrir cómo blanqueaban el dinero que obtenían para ello. Utilizaron una organización criminal china con sede en Badalona que actuaba como banco opaco para sus negocios aparentemente legales, como tiendas de ropa y restaurantes. Esta sucursal utilizaba el sistema “fei chien”, una red opaca para transferir dinero que utiliza una serie de sucursales que adeudan y liquidan el dinero entre ellas. Así, los narcotraficantes italianos que recibían la mercancía pagaban el dinero al peletero de Milán para que quienes participaban en el transporte de la droga pudieran recogerla en una de las tiendas de Badalona. El dinero no viajó ni fue transferido sino que las dos sucursales, la de Cataluña y la de Milán, se debían el dinero. Mediante esta gestión, cada uno de los intermediarios se embolsa entre el 5 y el 10%. “El dinero no viaja. El dinero se compensa. Es un mecanismo que garantiza un transporte más seguro del dinero y que se realiza de forma paralela y opaca al sistema bancario convencional”, afirma José Merino, jefe del Área Central de delitos económicos de los Mossos.

Aunque los investigadores conocían la existencia de la práctica del “Fei chien” –cuando la practicaban los árabes se llama Hawalla–, es la primera vez que se corrobora en Cataluña. En Italia, han encontrado pruebas de que varias empresas del sector del acero y del plástico, con vínculos comerciales con el mercado chino, también acudían a estos negocios para blanquear dinero y eludir el pago de impuestos. Y todo gracias a la colocación de los micrófonos y cámaras. “Estuvimos atentos al mundo criminal y vimos que querían enviar el dinero a Badalona”, dice el capitán de la Guardia di Finanza, Giuseppe Macaluso. En Cataluña, los Mossos están analizando la documentación incautada en locales de Badalona para tirar del hilo y saber quién ha utilizado ese servicio.

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