Acapulco enfrenta un desastre de terribles dimensiones. Las viviendas afectadas hasta el momento fueron 220.035 y la evaluación continúa. La ciudad balneario por excelencia de la costa norte de México ha quedado devastada, presentando un estado catastrófico y desolado.
Saqueo y descomposición de cadáveres.
Los acapulqueños llevan tres días viviendo por debajo del mínimo y esperan una ayuda de las autoridades tan necesaria como, de momento, inexistente. Y ante esta situación, los comercios han empezado a sufrir una nueva calamidad: el instinto de supervivencia ha empezado a hacer que se multipliquen los saqueos en comercios y grandes superficies.
El agua, los alimentos y las medicinas son los productos más buscados, pero los concesionarios de automóviles y los cajeros de bancos tampoco se libran de los saqueos. Además, la población pide ayuda al Gobierno Federal para resolver un nuevo peligro: el de la descomposición de los cuerpos de los fallecidos por el huracán que descansan en plena calle.
López Obradorpresidente del país, dijo que “es importante que la población sepa qué pasó y qué está haciendo el Gobierno ante esta emergencia” y aprovechó para fustigar a los opositores a su gobierno.
El reporte de víctimas ha sido lento luego de que las autoridades no han llegado a todas las zonas afectadas por el huracán y prácticamente a todas las Costa Sur de Guerrero quedará incomunicado durante unas 24 horas tras el impacto de Otis, que en menos de 12 horas pasó de tormenta tropical a huracán categoría 5, una intensificación histórica.
Desastre para el sector turístico
El sector hotelero ha dañado el 80% de sus instalaciones y el sector eléctrico tiene fuera de servicio 37 líneas de transmisión, 26 subestaciones eléctricas, una planta de generación y 10.000 postes de luz caídos.
Él El 80% de los hoteles y el 95% de los comercios. No podrán recuperar su actividad hasta dentro de unos meses. Una situación insostenible para una ciudad que vive fundamentalmente del turismo.