«Hoy la realidad está devorada por el relato»

-¿Crees que verdad y mentira ya son lo mismo?

-Hay que afirmar que la creación literaria siempre ha sido un intento de disolver las fronteras entre ficción y realidad, desde la Ilíada y la Odisea de Homero hasta, por ejemplo, La casa de los espíritus de Isabel Allende. Pero es cierto que hoy corremos el riesgo de no distinguir ambos ámbitos. Hoy la realidad es devorada por la historia. Se necesita un gran espíritu crítico para no caer en las garras de la posverdad. Máxime cuando se intuye una gran nebulosa ideologizada deseosa de imponer criterios o valores que sean fruto de un solo pensamiento. Realmente creo que detrás de una cortina de humo se está imponiendo una especie de dictadura políticamente correcta, como refleja la novela. Las ideologías se han vuelto borrosas. Por ejemplo, hoy las grandes fortunas y capitales del mundo han cambiado de color político. Esto está produciendo un desequilibrio y una gran confusión en la sociedad.

-Eres experto en emprendimiento y recursos humanos, asesoras a múltiples empresas y viajas por todo el mundo. ¿Cuándo tienes tiempo para escribir?

-La verdad es que nunca dejo de pensar en la novela que tengo entre manos. Un gesto, una conversación, una circunstancia, pueden ser apropiadas para mis personajes. Y esto puede suceder en una reunión o tomando un café en un aeropuerto. Mira, yo podría haber sido responsable de la dirección de Recursos Humanos del parque temático Puy du Fou y no lo vi. Es una cuestión de estilo de vida, ya soy un poco nómada, me gusta mucho viajar. Y hacer varias cosas. Y sobre todo, tener flexibilidad y autonomía.

-No todo el mundo puede decir eso. ¿Ya has alcanzado una posición que te permita hacerlo solo?

-Sí, la verdad es que me siento un privilegiado porque puedo decir, de alguna manera, que trabajo donde quiero, con quien quiero y hago lo que quiero. Es cierto que también tiene su punto de riesgo, pero lo cierto es que con el paso de los años no te falta. Ahora me he ganado una plaza de profesor asociado para dar clases de Organización y Recursos Humanos en el Grado de ADE de la UCLM, pero lo voy a hacer porque son solo seis horas semanales. Y también estoy disfrutando mucho siendo consultor en la empresa Adelsys o dirigiendo el Premio Nacional +50Emprende. Obviamente todo esto se consigue a partir de cierta edad.

-Sigamos con tu nueva novela. ¿Cuál es el argumento?

-Son dos historias entrelazadas. La primera, sobre un personaje que existió: Jehan Lhermite. Llegó de la Guerra de Flandes, en el siglo XVI, a El Escorial, donde llegaron muchos flamencos para hacer carrera en la corte de Felipe II. Destacó porque sabía patinar sobre hielo y ese año la Casa de Campo de Madrid se congeló. En España hubo un juicio por brujería contra personas que patinaban sobre hielo porque se pensaba que era una fuerza sobrenatural. Felipe II lo vio patinando, lo encontró simpático y lo nombró profesor de francés de Felipe III. A él le encargaron la organización de las fiestas judiciales, un tipo muy simpático. La segunda historia, de carácter ficticio, tiene como protagonista a la actual campeona mundial de patinaje de velocidad sobre hielo. Dos personajes separados por cinco siglos y relacionados por el patinaje.

-¿Cómo es el personaje femenino?

-Emke de Boer está al final de su carrera profesional, le queda un último campeonato mundial y sufre una lesión en la rodilla. Lhermite, de camino a España, también sufre una lesión en la rodilla. El campeón empieza a sufrir críticas y bulos en las redes sociales, todos los fakes de ahora, que comparo con la acusación de brujería en su vida. Todo ello la lleva a una situación crítica y a tomar, contracorriente, la decisión más importante de su vida.

-Lo que no vamos a decir para no revelar el final.

-El trasfondo es la vida ahora, en la que no sabemos diferenciar lo real de la ficción. Eso pasó antes y pasa ahora con las redes sociales. También hay una cuestión muy humanista de la maternidad, sobre la que ella tiene que decidir. Para mí fue un reto salir de lo histórico porque me había encasillado mucho, y decidí dar este paso intermedio entre lo histórico y el presente, ya que el campeonato de patinaje ficticio es en el año 2024.

-Y ella es su primera protagonista femenina.

-Sí, ese fue otro de los retos, una mujer, una psicología diferente. Si bien ‘Florentius’ fue un libro de crónica muy objetiva, en este siento que he evolucionado hacia lo más íntimo y cuento lo que sienten los personajes. Llevo siete años con este libro y ha sido una evolución como escritora y como persona.

-¿Es tu mejor novela?

-Yo diría que sí. Es una evolución de lo histórico a lo contemporáneo y de ser un relato puro de hechos a un relato más íntimo.

-Y por otro lado, el tema es de extrema actualidad.

-Es una crítica social al momento que vivimos, a un mundo complejo. Antes lo teníamos más o menos claro y cada uno se alineaba con lo que quería, pero hoy está todo muy desdibujado, las corrientes de opinión, muchas veces manipuladas…

-¿A qué puede aferrarse un ser humano para salir de eso, para ser auténtico?

-Creo que al final son valores propios, a los que te aferras para tener al menos dos o tres temas claros. Evidentemente nadie está a salvo de estas tendencias pero es cierto que me preocupan más los más jóvenes, porque los que tenemos una edad hemos vivido otras etapas y podemos comparar. Pero hoy es diferente, lo que llega a través de las redes sociales es tremendo porque, además, no sabes quién está detrás, todo está ideologizado. Por ejemplo, en el tema de los diagnósticos médicos que se revelan en la novela, algunos dicen una cosa, otros otra, y hay un trasfondo de intereses comerciales. Mi patinadora se mete en una espiral que no sabe muy bien de dónde viene, hasta que explota. La novela es muy psicológica y es la primera en España cuya portada está realizada con inteligencia artificial.

La novela ‘Nadie que no sepa soñar’ se presentará el 7 de noviembre en Toledo en el Hotel Adolfo Boutique, a las 19 horas