puro sabor y en gran cantidad



Realmente no conoces un lugar si no conoces sus bares, y Los de Paderne de Allariz recuerdan los de toda la vida, donde lo que prima es el trato y un producto de estilo casero, con mucha intensidad de sabor y con cantidades para no quedar con ganas de repetir. Un ejemplo de esto es el barra de chirichipote, “el de toda la vida”. Este es uno de los puntos de encuentro que los vecinos eligen para pasar las tardes con un buen vino y sus pinchos. Cada día ofrecen una tapa casera tradicional diferente: el miércoles le toca el turno al sabroso morro guisado, el jueves el de aperitivos y, para acabar bien la semana, los viernes ofrecen pequeñas raciones de callos. Además, también preparan pizzas bajo petición y cuentan con una amplia carta de hamburguesas, bocadillos y brochetas para aquellos que prefieren un plato más internacional.

Otro buen ejemplo de los bares habituales es O Casó., en el centro de Penelas. Aseguran que no tienen ninguna especialidad porque “aquí todo está riquísimo”, pero recalcan que su punto fuerte es la amabilidad en el trato. Los clientes habituales ya no tienen que pedir nada al cruzar la puerta, lo que refuerza la sensación de estar en casa. Además, las cantidades también refuerzan esa sensación, ya que es imposible salir por la puerta con hambre y sin haber tenido una buena conversación.

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