Bewis de la Rosa, la artista con raíces conquenses que zarandea las conciencias con su «rap rural»


Quizás el nombre de Beatriz del Monte no signifique nada para mucha gente, pero si uno escucha Bewis de la Rosa las cosas cambian. Este es el alter ego de una joven artista conquense que está revolucionando el mundo de la música con lo que ella ha dado en llamar “rap rural”.

Aunque nacida en las afueras de Madrid, Beatriz ha regresado en busca de sus raíces a la casa familiar de Villamayor de Santiago (Cuenca). Esta nueva vecina se está haciendo un hueco en el mundo de la música y está poniendo en el mapa a su pueblo de unos 2.500 habitantes gracias a su primer disco, ‘Love More Than Ever’.

Esos son los dos ingredientes principales de las letras de sus canciones, el amor y el mundo rural, que ha mezclado con los sabores manchegos en lo que ella define como un «juerga de investigación poliédrica«donde la música, la danza y la performance se entrelazan con el rap, el hip-hop y el folklore en un universo escénico con claras referencias a la tradición castellana.

—«A La Mancha…». ¿Te gustan más las jotas o el rap?

—Nunca me gustó mucho tener que elegir entre géneros, en general en la vida. Prefiero la amalgama, el poliedro y utilizar diferentes lenguajes artísticos, eligiendo uno u otro en función de lo que quiero comunicar.

—¿Qué es ese “rap rural”?

—Me gusta definirlo como una asociación de palabras que disocia lo que entendemos por rap. Al fin y al cabo, el rap refleja el pensamiento interno y crítico de quienes lo cantan, y en el caso de mi discurso aparecen los problemas de las zonas rurales.

—Su origen es manchego y, más concretamente, de Villamayor de Santiago (Cuenca). En un mundo tan globalizado, ¿es bueno saber dónde tienes tus raíces?

—Creo que es necesario, o al menos para mí lo ha sido. No por un motivo de apego, sino para entender de dónde vengo y comprender mejor cuál es ese sentido de identidad y pertenencia, una herida que atraviesa a mi generación de manera evidente.

—Quizás por eso tu disco no vinilo ‘Amor más que siempre’ se convierte en una tomatera. Pero, aparte de los futuros tomates, ¿qué se encuentra en este trabajo?

—Además del acto poético de hacernos soberanos y reapropiarnos de recursos básicos, este artefacto contiene un cartel con las letras de las 11 canciones y acceso al álbum digital y videoclips, que son muy importantes en el proyecto porque reflejan la visión teatral. y coreográfico. Y, por otro lado, contiene un fanzine que plantea dos ejes de reflexión: el amor y el mundo rural, ambos presentados desde una perspectiva consumista. Creo firmemente que dependiendo de cómo te conectas con tu entorno, también lo haces con tus redes emocionales. Por ello, también propone una mirada crítica al amor romántico de usar, idealizar y tirar y propone un amor guisado, a fuego lento y donde otras especias pueden sumar a la receta.

—Cómo está funcionando: ¿hay público más allá de La Mancha y el mundo rural?

—Ha sido una experiencia muy linda y que estoy muy agradecida de poder vivir. En los conciertos se genera una comunión muy interesante y recobro la fe en el sentido de comunidad que tanto se maltrata. Las canciones están colectivizadas y ver tanta gente cantando, gritando, bailando, jugando, pensando, abrazándose… al mismo tiempo, es muy poderoso y me hace confiar en la transformación de la que somos capaces como humanos.

—En cualquier caso, la vida en los pueblos muchas veces no es tan bonita: despoblación, falta de servicios, macrogranjas que llenan esas zonas más de cerdos que de personas,… ¿Qué mensaje envía a quienes pueden cambiar las cosas para que esto suceda? ¿mejorar?

—Yo enviaría un mensaje de amor y la invitaría a llenarnos, porque esa España no está vacía, en cualquier caso está vacía y lo único vacío son los ojos que la miran. También les diría que dejen de llamar a lo que no es renovable, que están inyectando cemento a la tierra a diestra y siniestra sin tratar el problema de raíz. Yo diría que miremos a largo plazo, que repensemos la fórmula obsoleta y también recordaría que el poder está en cada uno de nosotros para el cambio, no hay que esperar a agentes externos y darles el poder de creer que ellos son los que pueden cambiar las cosas. Cada uno de nosotros podemos cambiarlos exigiendo nuestro recurso sin intermediarios que lo capitalicen.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *