Pontón, la candidata esperada que aspira a «hacer historia»


Que Ana Pontón presentara su candidatura, el pasado domingo, a presidir la Xunta al frente del BNG provocó la misma sorpresa que su negativa a asistir a la jura de la princesa Leonor o sus ataques a Israel tras los brutales ataques de Hamás. Pero el Bloque, más allá de respetar sus estatutos, aporta toda la parafernalia posible a un proceso de designación con un solo fin posible. Pontón volverá a ser el candidato de los frontistas en las próximas elecciones autonómicas, como viene haciendo desde la convocatoria de 2016. Aspira, en su tercer intento, tras asistir como invitada de piedra a dos mayorías absolutas de Alberto Núñez Feijóo, a “arrebatarle” la Xunta al PP y convertirse en la “primera” presidenta de Galicia.

La semana pasada, el Ejecutivo Nacional aprobó abrir la elección de candidatos a la Presidencia de la Xunta: el proceso arrancó el sábado, con el visto bueno del Consejo Nacional; Desde hoy y hasta el 13 de noviembre se podrán presentar avales, siendo 200 apoyos como mínimo para pasar el corte; Las votaciones en las asambleas regionales se realizarán entre el 14 y el 19; y el día 25 se reúne nuevamente el Consejo Nacional para proclamar al ganador. Es decir, su portavoz nacional, aunque, sobre el papel, cualquier miembro tiene derecho de asistencia y posibilidad de ser elegido. El bloque quiere resolver este trámite -no es otra cosa, una vez quitado el boato- sin más dilación “ante un eventual adelanto electoral”. El PSdeG, a pesar de unas primarias flojas, acabó anticipándose a ello, y José Ramón Gómez Besteiro lleva ya días ejerciendo de candidato sin necesidad de mantener la boca cerrada. Un titular que, aparte de un gonzalesismo que se desvanece, parece incitar a la unidad del partido.

El BNG, por su parte, y contrariamente a lo que proclama Pontón, aferrado al clavo de que “el cambio es imparable”, ha mostrado cierta debilidad electoral, sobre todo en las últimas elecciones generales, donde de nuevo sólo logró un diputado. De cara a las elecciones regionales, el Bloque vuelve a moderarse, pero sigue siendo el mismo partido que libro de texto nacionalista tanto en sus recetas de gobierno -acuerdo económico, sí-; “expolio del viento”, no como en sus filias y fobias: no sólo no acudir este martes al acto de la Princesa de Asturias, sino preguntar al Congreso su coste; o encabezar una manifestación para denunciar “el genocidio de Israel contra el pueblo palestino”.

«Soy Ana Pontón…«

“Soy Ana Pontón, nací en Chorente, soy nieta de Carmen, hija de Aurita y madre de Icía, y quiero ser la próxima presidenta de la Xunta”, proclamó Pontón el domingo. Un acto, el que organizó en Santiago para formalizar su candidatura, muy medido: todas las mujeres -militantes y con cargos, políticos e institucionales- en la foto, para “enfrentar uno de los mayores desafíos de mi vida” y “construir esa feminidad feminista”. Galicia».Convencida y con ganas de convencer a su pueblo de que «es el momento de (…) las mujeres toman la iniciativa, para darle a este país y a su gente un futuro mejor. Pontón dijo asistir “con toda humildad”, pero también con “toda la fuerza” de esa idea central de marcar un antes y un después y que la Comunidad “por primera vez tenga una presidenta”, de la “hagamos historia». Quizás, más que fuerza, grandilocuencia. Nada que no hubiera exhibido ya, por ejemplo, Luis Bará, cuando anunció que Pontón traerá “el mejor gobierno de la historia” de Galicia.

La portavoz del Bloque lleva más de un año de campaña y no ve la hora de que Rueda la llame. Este lunes ha insistido en que el PPdeG está dando sus “golpes finales”, está “en tiempo de descuento” y promoverá un “cambio de ciclo”. Retrata a un gobierno de la Xunta caduco y promete una nueva época, sorteando la contradicción que supone Ella va a celebrar 20 años como representante en O Hórreo. Lo que cuenta es hacer historia.

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