Qué es la castanyada de Cataluña, por qué se celebra y cuál es el origen de la tradición


esta semana llega Todos los santos, la fiesta mayor del otoño y que tiene una celebración destacada en Cataluña. Con permiso de ‘Halloween’, la comarca siempre ha vivido de una forma muy especial la celebración del 31 de octubre y el 1 de noviembre, fecha en la que el territorio celebra la castanyada.

De hecho, en los últimos tiempos, la moda va más allá de celebrar ‘Víspera de Todos los Santos‘, una fiesta típicamente americana que está conquistando a las nuevas generaciones, son muchos los catalanes que se debaten entre celebrar una u otra fiesta, mientras que hay quienes directamente intentan resistirse a las nuevas tradiciones poniendo fin a esta velada que celebraban nuestros antepasados. La mejor opción, seguramente, la experimentan aquellos que se suman al carro de celebrarlo todo y dicen que celebran “castaween”.

Ya sea con una opción u otra, la festividad del 1 de noviembre sirve para honrar y recordar a los fallecidos. Durante la castañada se reúnen grupos de familias o amigos para celebrar, normalmente el día 31 de la noche, una cena que pone fin a la comida típica de estos días. En Cataluña, por este motivo, muchos colegios preparan eventos previos, reciben castaños y las calles también tienen puestos para comprar para un par de meses castañas tostadas y calientes.

El origen funerario de la castanyada

Todos los Santos proviene de un antiguo ritual funerario que se basaba en la memoria de los antepasados y que tuvo mucho que ver con la comida de la época, como las castañas y los boniatos. La castañada tiene su origen en finales del siglo XVIII y se centra en una antigua tradición pagana que se celebraba en toda Europa y en la que se relacionaba el fin de la cosecha y el buen tiempo con el culto a las almas de los familiares fallecidos.

El otro producto estrella, los ‘panellets’

Entre las costumbres de estos días destaca la visita a los cementerios, pero también la degustación de castañas y la preparación de panellets, productos que se comen en comunidad durante estos días y que son muy preciados. Así, muchas familias o amigos se reúnen para cenar, preferiblemente con un fuego cerca porque da sensación de calidez (y más ahora que llega el frío) y finalizan la velada con estos dulces catalanes típicos de esta época.

Históricamente, el fuego era ideal para cocinar castañas y se entendía, al mismo tiempo, como un acto de conexión con las almas de los difuntos. Hace siglos, durante esta época se utilizaba para rezar y la velada se acompañaba con repique de campanas. Los protagonistas, sin embargo, son siempre los panellets, algunos pasteles pequeños elaborado con una masa de almendras y azúcar y cubierto de piñones. Con permiso de las castañas, estas pequeñas joyas dulces son el producto estrella estos días.

Imagen de unos Panellets

Recetas deliciosas

La figura del castaño

Según cuentan, mientras se asaban las castañas al fuego, algunos rezaban por el difunto de la familia. Ahora son muchos los que prefieren preparar castañas en el microondas o en el horno (cuyo resultado es más que aceptable) o comprarlas en un puesto, pero lo que tampoco ha desaparecido es la figura del castañero o castañera: una persona, generalmente de mediana o tercera edad, que viste con suéter, pañuelo en la cabeza y ropa humilde y que está asando castañas en la calle.

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