En torno al Día de Todos los Santos y el posterior Día de los Difuntos, en España se celebran toda una serie de tradiciones, de las que, sin duda, la más destacable es la de visitar las tumbas de los seres queridos para demostrar que todavía se los recuerda. Sin embargo, dada la plurinacionalidad del país ibérico, existen diferentes celebraciones en las múltiples regiones de la península.
Uno de los ejemplos más evidentes de esto es el samain, una celebración de origen celta que se celebra en Galicia. En gaélico, Samaín significa “fin del verano”, ya que los antiguos celtas lo celebraban en esa época de transición del verano al invierno.
Pero ¿qué es exactamente Samaín y por qué se celebra en Galicia?
Este es el verdadero origen de Samaín
Los pueblos celtas consideraban que el año Estaba dividido en dos partes. El primero fue oscuro, que comenzó la noche de samainy el otro, claro, que empieza la noche de Walpurgisentre el 30 de abril y el 1 de mayo. La noche de Samaín se consideraba el inicio del año, cuando moría el verano y comenzaba el invierno.
Las leyendas dicen que Druidas Honraron a los difuntos recogiendo bayas de muérdago en los bosques más remotos durante esa noche, para lo cual utilizaban una hoz forjada en oro. Con ellos preparaban pociones y predecían el futuro de las cosechas.
Durante este día, los druidas también amontonaron ramas y encendieron hogueras en diferentes puntos de la localidad. En los pueblos gallegos se conserva la tradición del fuego, cuando durante esta noche se encienden hogueras que luego sirven para encender el lareiras.
El origen español de Halloween
Antes de que existieran calabazas en Galicia, en Samaín las poblaciones celtas las recogían los cráneos de sus enemigos y los iluminaron para colocarlos en las paredes. Con la llegada del cristianismo esta fue declarada tradición pagana, pero para entonces ya se había extendido a otros lugares de Europa.
Entre aquellos pueblos celtas que conservaban sus tradiciones, como los irlandeses, en la noche de Samain se vaciaban los frutos y se colocaba carbón encendido en el agujero interno para encender el regreso del difunto al mundo de los vivos. Con la llegada de las calabazas, comenzaron a tallarles calaveras para colocarlas una vela en el interior.
La fiesta, con el tiempo, vino a los estados unidos con los numerosos emigrantes escoceses e irlandeses que partieron hacia América, llevándose consigo su cultura y tradición.