La actividad estrella cada 31 de octubre es la bailar. Cada año eligen un tema diferente y realizan la coreografía. Este año jugaron a los zombies y para ello se vistieron con camisones blancos rellenos de pintura roja simulando sangre. Un disfraz que han confeccionado ellos mismos. Incluso en el vídeo se puede ver cómo uno de estos zombies con tanto movimiento se incrusta en una camilla para darle aún más miedo. “Buscamos un baile sencillo y lo ensayamos dos veces por semana durante un mes”, explican.
Pero esta no ha sido la única actividad que han realizado. Según señalan desde la residencia, han sido pintar calabazas, recortar fantasmas y dibujar murciélagos para decorar las instalaciones. Algo muy común cada vez que se acerca unas vacaciones, ya que este tipo de actividades les ayudan a saber en qué estación se encuentran.
Además, trabajan la psicomotricidad y la estimulación: “Son un grupo de residentes muy animados. Se divierten y se lo pasan genial. Aún así, a veces hay algún rifirrafe entre ellos a ver quién lo hace”. la calabaza mas hermosa“, indican entre risas desde la residencia.
“No es el mismo Samaín que se acuerdan. Se acuerdan del tema de preparar unas flores para tumbas de tus seres queridos. Pero aquí lo que buscamos es celebrarlo como una celebración”, añaden.
Después de Halloween no se van a quedar de brazos cruzados. Ahora comenzarán con las actividades relacionadas con el magos -una celebración tradicional gallega ligada al otoño y a la recolección de la castaña- y la Navidad, con la que seguro que nos volverán a sorprender.