Emiliano García-Page predice que habrá “fotos aún más serias en el futuro”
Hay que esperar hasta el final del fin. En el PSOE creen, quieren creer pero no están tranquilos al 100%. Se da por sentado que el pacto está más que vigente, sino cerrado. Parece que sí, está cerrado; El acuerdo, al menos en lo que respecta a la amnistía, debe estar completamente cerrado, afirman los dirigentes socialistas. Hay confianza, pero la figura de Carlos Puigdemont como personajes en torno a los cuales todo gira, todavía generan desconfianza. Fuentes conocedoras de la negociación anticipan cesiones del prófugo de la Justicia en la negociación que el equipo negociador del PSOE mantiene desde hace semanas. Así es, todavía no ofrecen pistas.
En los recientes comité federal que celebró el PSOE, Pedro Sánchez logró un cierre mayoritario de filas para afrontar su investidura, lo que supone una especie de cheque en blanco para negociar con los partidos independentistas. Pero en el partido, ante la falta de información, hay dudas, incertidumbre sobre a qué habrán renunciado los independentistas, a qué se habrá comprometido Puigdemont. Porque las ranas que se están tragando están a la vista de todos: negociar una amnistía que hasta las elecciones generales, e incluso días después de ellas, defendieron era inconstitucional; y un viaje a Bruselas para hacer pública una foto con el líder de Junts, rehabilitarlo como interlocutor en una instancia presidida por un foto del 1-O.
Cuando veamos el pacto veremos donde todos nos rendimos, es el mensaje que envían quienes saben lo que se negocia. El silencio que Sánchez y su equipo negociador mantienen sobre los términos del diálogo aumenta el ruido, dicen funcionarios y líderes del partido. Suponemos que estará dentro de la Constitución, dicen distintos dirigentes territoriales. Pero ante la falta de certezas, se instala la idea de la necesidad de un paso de Puigdemont y el resto de independentistas porque, entienden, ya los están dando. Y algunas, como la foto con Puigdemont, son difíciles de dirigir. No se trata de concesiones, sino de seguir negociando, hablando de reconciliación entre catalanes y entre Cataluña y España, afirman fuentes de la dirección socialista.
Se supone que la investidura avanza, pero con Puigdemont hasta última hora no se sabe, admite un destacado dirigente socialista. Todo el mundo en el PSOE da por hecho que sin la certeza de que no hay vuelta atrás, de que el pacto va más que encaminado, la foto con Puigdemont no se habría hecho pública. Hay confianza, admiten fuentes gubernamentales.
Santos Cerdán y Carles Puigdemont, como máximos representantes del PSOE y Junts, mantuvieron este lunes una reunión que duró una hora, según fuentes conocedoras. Tanto las imágenes como el texto que enviaron ambas partes fueron acordados.
El encuentro fue uno de los temas más comentados ayer en el Congreso, durante la jura de la Constitución de la Princesa Leonor. Para Ximo PuigA él, senador y líder de los socialistas valencianos, la imagen de la reunión no le resultó incómoda. No, creo que hay que intentar avanzar en la concordia, y para avanzar en la concordia debemos respetarnos unos a otros, explicó a su llegada al Congreso. El encuentro entre la delegación del PSOE y Puigdemont también se desarrolló en una sala presidida por una imagen del 1-O -una niña sostiene una urna que sirvió para celebrar el referéndum ilegal, aplaudida por el resto de la gente- y que No fue así como se pudo comprobar en las imágenes facilitadas por el PSOE.
Todos los pasos dados para avanzar en la formación de un gobierno son absolutamente favorables, afirmó el expresidente valenciano. Más allá de las imágenes, lo importante es que se avance para que haya un Gobierno de progreso.
Emiliano García-Páginapresidente de Castilla-La Mancha, y que en la reunión del Comité Federal del PSOE, en la que Sánchez abrazó la amnistía, expresó ante sus compañeros su rechazo al perdón, vaticinando que habrá fotos aún más graves en el futuro.
Eran muy apropiados, respondí. Felipe González cuando fue interrogado por la reunión en Bruselas. El expresidente del Gobierno ha dejado claro en varias ocasiones su rechazo a la amnistía. “¿Por quién me tomas?” dijo cuando le preguntaron si él también se había conocido.