El Dépor avisa al Arenteiro del peligro de esta temporada



Arenteiro y Deportivo de La Coruña disputaron el último amistoso antes de que comience la liga regular la próxima semana y eso terminó con victoria visitante por 0-3. Lo de menos era el resultado, aunque siempre les gusta ganar, lo importante eran las sensaciones y el estado en el que llegaban a la competición.

Y aunque era un amigo, sí, algunas cosas estaban claras, independientemente de que ambos vayan a jugar la misma liga, los objetivos serán muy distintos. A los verdes, por si no lo sabían, les quedó claro que los errores son muy caros, cuanto más alto juegues, peor. Los tres goles fueron claros, sobre todo los dos primeros. También que el ritmo y la rapidez de pensamiento es fundamental y, por último, que El cuadro de Espiñedo necesita refuerzos. Y ni uno ni dos, ya que es una liga muy larga, dura y exigente que no permite ninguna licencia.

Era el último amistoso para casi todos, que no quieren gastar más de lo necesario. Menos para David Mella. El joven delantero deportista tuvo un escaparate que no se quiso perder. Y sobre todo falta el Yeremay por lesión. Se lo tomó tan en serio que era un grano en el culo. A los tres minutos de partido ya había hecho dos prácticas. Y lo que quedó. El Dépor tenía el control y en el minuto 14 hacía el 0-1. Grave error de Javi Moreno que aprovecha a Mella para ceder ante Davo, que sólo tiene que empujarla. Con el 0-1, el partido se fue a la siesta sin que ocurriera nada más hasta el descanso.

Penalti y dos goles

En la segunda parte, más recital de un David Mella sublime. Robó un balón en su campo, dejó a todos, hizo la pared con un compañero y acabó derribado en el área por Germán Pérez, en un penalti tan claro como absurdo. Lucas Pérez tomó el balón con decisión, pero no contó con que Diego García es un especialista. El portero del Ourense paró el disparo en una intervención felina.

La mezcla de Dépor y Fabril perdió el control. El Arenteiro quería más, pero está muy “verde”. Y a los dos minutos que quería coger aire lo sentenciaron. Primero con un error de Pablo Brea que no desaprovechó Lucas Pérez en el 84 y luego un taconazo de Monelos que no desaprovechó Diego Gómez, el ourensano. El joven de Amoeiro fue la atracción en los minutos finales. Tanto es así que con el pitido final muchos fueron a hacerse fotos con él. Y los más encantados fueron su abuela, Francisca Rúas, y su padre, Luis Gómez. Saltaron a la cancha y el niño le regaló la camiseta del partido a su abuela.

La pretemporada ya es historia y ahora empieza la liga. Eso ya es otra aventura.

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