La Sala de lo Penal del alto tribunal ha desestimado el recurso del padre por una cuestión de forma, tras alegar que actuó de forma “estado de obsesión o arrebato”movido por un “reflejo natural” por intentar separar al agresor de su hija, que acababa de ser agredida sexualmente.
Asimismo, la Sala ha ratificado la condena del juzgado de Alcalá de Henares al agresor con una multa de seis euros al día durante veinte meses y una orden de restricción de un año sobre la víctima, según informa EFE.
Estos hechos tuvieron lugar en octubre 2016en el centro del municipio de Estremera, en Madrid, cuando el atacante se acercó a una mujer y a su hija, entonces de 17 años, y les dijo: “Chicas calientes, te cogí”. Después de estas palabras, el hombre tocó “con ánimo lujurioso” el seno izquierdo de la menor sin su consentimiento, a pesar de que fue reprochada por la madre.
El padre, quien se encontraba cerca del lugar y fue alertado por los gritos de su esposa e hija, le reprochó su actitud al hombre, quien le respondió que estaba haciendo lo que debía. salió “de los cojones”, según el relato de los hechos. Tras lo sucedido, el padre le pegó “un fuerte puñetazo” tras esquivar un golpe del acosador. El golpe hizo que el agresor cayera al suelo con un traumatismo craneoencefálico leve y otros traumatismos costalesa fractura del suelo de la órbita ocular correcto y uno herida en la ceja para lo cual necesitaba puntos.
Por estos motivos, el Juzgado de lo Penal número 4 de Alcalá de Henares condenó en 2021 al padre de la menor, en primera instancia, al pago de una multa de seis euros al día durante siete meses, tras ser acusado de un delito de lesiones. Además, la Audiencia Provincial de Madrid también le ha castigado con una compensación por los días que tardó en sanar y las consecuencias que el ataque pudo haber causado.
El Supremo rechaza el recurso del padre
El caso ha llegado al Supremo, que ha desestimado el recurso de casación que el padre pidió anular, ya que no se ha respetado una cuestión de forma, alegando que actuó por un “reflejo natural” como “reacción apasionada” a la agresión sexual. había sufrido su hija, provocando su “pérdida de control” y su reacción violenta.