La Real Academia de la Historia rechaza la “lesiva rebaja” del Gobierno a la Historia de Espaa en Selectividad


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Advierte de que tendrá “efectos nocivos” para los jóvenes en sus acusaciones contra la normativa del Ministerio de Educación

Alumnos de secundaria de un instituto de Barcelona hacen un simulacro de la nueva Selectividad.
Alumnos de secundaria de un instituto de Barcelona hacen un simulacro de la nueva Selectividad.PRENSA EUROPA
  • Educación El Gobierno deprecia la Historia de España en la Selectividad y los profesores denuncian que “los alumnos serán más manipulables”
  • Educación Desaparecen del currículum de Bachillerato las menciones a Al ndalus, los Reyes Católicos o los Austrias

Los historiadores se rebelan contra la ministra de Educación en funciones, Pilar Alegra. El Real Academia de la Historia (RAH) ha rechazado rotundamente la “reducción nociva” que supone el tema de Historia de España en el nuevo Selectividad y ha pedido al Gobierno que revierta el diseño de la prueba de acceso a la universidad que se celebrará el próximo mes de junio, dejando el examen como se ha realizado en convocatorias anteriores. De no ser así, ha advertido, este cambio tendrá “efectos nocivos” en los jóvenes.

En una carta de alegaciones al proyecto de orden ministerial, la Academia recuerda que “sin Historia” no habrá “ciudadanos críticos e informados”, condición “esencial” para “la realización de los ideales democráticos de la nación”.

El pasado mes de octubre, el Gobierno hizo un cambio importante en el formato de la Evau/Ebau de este curso. Hasta el año pasado, todos los estudiantes tenían que realizar un examen obligatorio de Historia de España. Pero de donde junio 2024esta asignatura pierde su condición de “tronco general” materia de 2 de Bachillerato y se convierte en una cuestión de “opción”. Esto significa que los estudiantes pueden elegir entre realizar el examen de Selectividad entre Historia de España y Historia de la Filosofía. Ya no es obligatorio hacer la primera prueba.

Se trata de volver a la situación que existía hace una década, cuando el LOÉ del PSOE de 2009. Distintos profesores recuerdan que, en aquella época, los alumnos elegían mayoritariamente Historia de la Filosofía en lugar de Historia de España porque les resultaba más fácil, lo que provocó que, previamente, en Bachillerato, se desinteresaran por la segunda asignatura, siendo conscientes de que no iba a presentarse al examen que decide su acceso a la universidad.

“Extremadamente dañino”

Se trata de una modificación “sustancial” la que sufre la materia, según la RAH. Y “sumamente perjudicial para su consideración pública y estima educativa, en la medida en que presupone que los futuros universitarios españoles ya no tendrán que demostrar un mínimo suficiente de conocimientos sobre la Historia del país del que forman parte”.

Los académicos advierten de que esta situación tendrá “efectos nocivos en la futura conciencia histórica de los jóvenes ciudadanos españoles”.

“El cambio es de orden y grado para la consideración de la formación histórica de los bachilleres en España, que ahora tendrán la asignatura como evaluable a su elección”, subraya la RAH, que recuerda que en otros países de nuestro entorno la histórica La formación es considerada “una parte esencial, crítica e inexcusable de todos sus ciudadanos”.

Para recordar la importancia del tema, la Real Academia de la Historia se hace eco de una de las conclusiones extraídas por el Comisión de Historiadores de EE. UU. en 1994 y lo aplica a este caso concreto: “El conocimiento de la Historia constituye la condición previa de la inteligencia política. Sin Historia, una sociedad carece de memoria compartida sobre lo que ha sido, sobre cuáles son sus valores fundamentales o sobre las decisiones del pasado”. eso da cuenta de las circunstancias actuales”, advierte, en lo que podría interpretarse como un tirón de orejas a un Gobierno que ha puesto gran énfasis en la defensa de la llamada memoria democrática.

“Sin Historia no hay ciudadanía crítica”

“Sin la Historia, no podríamos llevar a cabo ninguna investigación sensata sobre las cuestiones políticas, sociales o morales de la sociedad. Y sin el conocimiento histórico y la investigación que lo produce, no podríamos obtener la ciudadanía crítica e informada que es esencial para la participación política. “. eficaz en los procesos democráticos de gobierno y para la plena realización por todos los ciudadanos de los ideales democráticos de la nación”, subraya.

Las acusaciones también esgrimen otro motivo para justificar “la falta de conveniencia y de justicia” de este cambio: el propio proyecto de orden dice que el Gobierno está en funciones y debe limitar su gestión, por tanto, a la gestión ordinaria de los asuntos públicos y abstenerse de aprobar normas que, como ésta, “implicarían necesariamente el establecimiento de una nueva orientación que supondría una condición, compromiso o impedimento para el futuro Gobierno”. “.

Los historiadores han tomado esta comilla de las mismas normas que rechazan. Es cierto que la nueva orden aún no ha sido aprobada y que la intención del Ministerio de Educación es dejarla lista para que quien llegue al departamento, una vez cerrado el acuerdo de investidura, pueda hacer con ella lo que estime oportuno.

En cualquier caso, el Gobierno en funciones se comprometió por boca de la ministra Pilar Alegra a dejar el examen como estaba y los historiadores denuncian que este cambio es “en franca contradicción y abierta negación” de esa promesa, que también se recoge en el proyecto de orden ministerial. Es decir, no es coherente que la propia normativa diga que “se mantiene el modelo de prueba anterior” y, al mismo tiempo, consagre la desaparición del examen obligatorio de Historia de España.

Este cambio se suma al que el Gobierno ya realizó el año pasado en el plan de estudios de Bachillerato estatal, donde se ha eliminado la mención a todos los periodos anteriores a Historia Contemporánea, lo que implica que el estudio de Antigua Roma, el Al ndalus o los Reyes Católicos dejarán de ser obligatorios para los alumnos de Bachillerato y dependerá de lo que decida cada profesor. La Real Academia de la Historia ya se opuso y acusó al Gobierno de dar un “sesgo presentista” al tema y ofrecer una visión “más propia de una lectura sociológica o periodística inmediata” que de un tema histórico.

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